Roser Pujol: “Aún conservo el traje y la peluca de Tina Turmix de ‘La Parodia Nacional’”

La primera vez que leí el nombre de Roser Pujol fue en la revista El Semanal TV, en un reportaje sobre los cantantes de ‘La Parodia Nacional’, programa del que era muy fan, y desde entonces siempre le he seguido más o menos la pista. Y ahora, gracias a un cable (otro más) de Fran Álvarez he conseguido entrevistarla y repasar un poco toda su trayectoria.

Actualmente, Roser Pujol está en Madrid representando la obra de teatro ‘Alegrías las justas’ los miércoles en el Teatro Lara, hasta el 21 de octubre. Una obra que lleva rodando por España desde 2012 y que ha pasado por ciudades como Barcelona, Zaragoza o Valencia.

Entrevista a Roser Pujol

En ‘Alegrías las justas’ haces reír al público en 15 sketches. ¿La gente necesita ahora reírse más que nunca?

Yo creo que toda la vida el público ha necesitado reírse, es algo terapéutico, y es muy tópico decir que ahora necesita reírse más que nunca por la que está cayendo. Pero eso es de toda la vida, ¡la gente necesita reírse, claro que sí! En este caso, ‘Alegrías las justas’ es un compendio de piezas escritas por diferentes autores contemporáneos (Félix Sabroso,  Paco Tomás, Yolanda García Serrano, Denny Horror, Jaime Pujol, José Ignacio Tofé, Ignacio del Moral, Antonio Zancada y Carlos Molinero) que hablan de cosas actuales, como la situación que está atravesándose a nivel social, la crisis, la incomunicación, pero desde un prisma que te hace reír. No hay una pretensión de enseñanza sino de ver lo que pasa a día de hoy.

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¿Qué tipo de historias encontrará el público en ‘Alegrías las justas?

 En ‘La policía de la moda’, por ejemplo, vemos una tipa que para a otra para decir por qué lleva el bolso pequeño, “pues yo pensaba que esta temporada se llevaban los bolsos pequeños”; hay mucha ironía. Y también vemos otra sobre la incomunicación, con dos amigas y una está intentando contar una historia pero la otra está solo mirando el Smartphone. Son historias que nos llevan a nuestra realidad cotidiana con un humor negro, ácido, irónico, cáustico. Yolanda García Serrano tiene un sketches de dos cuadros que tiene una conversación en un museo, muy absurda, pero no es un absurdo sin ton ni son, todo con una lógica detrás.  También aparece La Muerte para llevarse a otra persona, y  una señora va a un mercado a quejarse en el supermercado de que le han vendido unos yogures caducados, u otra a la que le quieren cobrar por el aire, en un texto de Carlos Molinero.

Este año no has parado de trabajar, llevando varias obras a la vez hacia delante.

Este 2015 ha sido curioso. Hice un microteatro con ‘Singles, con cuatro actores. En enero-febrero hice ‘En el baño’, en el Teatro Arlequín, dirigida por Gabriel Olivares, y con él también preparé ‘Our town’, en el Fernán Gómez un mes. Paralelamente hice otra obra dirigida por Chos, en el Teatro Alfil, ‘Futuro 10.0’; también hice ‘El bollo es mío’ en una salita pequeña y está ahí, para venderse…  Hay muchas compañías, pero hay poco público para las obras que no tienen caras conocidas. Si ves las carteleras, salvo las grandes obras todas son un único día a la semana, o con caras conocidas de la televisión, salvo excepciones como ‘Burundanga’ o ‘Toc Toc’. Parece mucho trabajo, pero son funciones de un día a la semana. Ahora vuelvo al microteatro por dinero con una obra de Carlos Molinero, ‘El Grifo’, con Ana Villa a la dirección y estoy con Jordi Aguilar. Y así vamos.

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Roser Pujol y Maika Jurado en ‘Alegrias las justas’

Muchas compañeras se quejan de la falta de papeles que hay para las actrices.

Es verdad que hay menos papeles de mujeres, y somos muchas y muy buenas. Quejarme sería tan fácil, y es verdad que de nuestra edad hay pocos papeles. Pero yo no me voy a quedar sentada en casa a esperar, y me gusta conocer gente con energías y ganas, que me de vidilla y satisfacciones a la hora de trabajar con ellos. También depende de la etapa en la que estés, yo he tenido etapas más secas y otras más floridas. En ‘Alegrías las justas’ estoy muy contenta porque yo misma la inicié en un principio junto a Quino Falero, y si hay textos maravillosos es porque estuve un año y medio preparándolo, y luego se sumó Maika Jurado, se subió al barco y remamos todos juntos en una misma dirección. En ‘El Baño’ estaba Ana Villa, Carlos Molinero estaba en otra, y van saliendo proyectos y cositas. Pero el teatro ahora mismo es casi amor al arte, porque a nivel económico se sostiene poco si no estás en una producción de un teatro nacional o en una producción de teatro comercial potente. Ahora mismo estoy en funciones más pequeñas, igual que tuve etapas más maravillosas, con televisiones y demás, pero pasa en muchas profesiones, que se trabaja más para cobrar menos. Este año con todos estos proyectos suena como si el dibujo de los dólares corriera por mis ojos, y no es así, aunque estoy bien, y lo compagino con otros trabajos como hacer locuciones para libros de texto de Anaya, donde llevo varios años.

¿Te sale más trabajo en las etapas en las que sales en televisión?

En mi caso no ha sido demasiado, quizá sí en Cataluña donde empecé haciendo un programa de humor. Pero en mi caso no he llegado a tener una gran repercusión como para que los productores llamasen a mi puerta.

Has trabajado en series como ‘Matrimonio con hijos’ o ‘Cosas de la vida’, que son remakes de producciones extranjeras. ¿La ficción española está seca de ideas?

Sí que hay producciones como ‘Vis a vis’ que es un poco como ‘Orange is the new black’, pero también otras como ‘Isabel’ o ‘Carlos V’. Hay un poquito de todo, y no sabría decirte qué son remakes o no. No sigo todas las series de televisión. ‘Matrimonio con hijos’ la hicieron en 2006, y ‘Cosas de la vida’ fue en 2008, pero luego participé en ‘Impares’, que no tenía nada que ver. No estoy siguiendo todo lo que debería las series, aunque igual siendo actriz no debería ser así.

Elisa Matilla me dijo en una entrevista que veía todas las series solo por si le tocaba trabajar en alguna y saber ya de qué iba.

A mí me pasó, que me salió un trabajo en ‘La parodia nacional’ y yo no veía ese programa, y una amiga que estaba en la productora Gestmusic me avisó del cásting y le dije que no sabía de qué iba la historia y me pasó unos vídeos para que me lo preparase.

¿Te dejaron construir el personaje de Tina Turmix? Porque empezaste como una hippie y luego la imagen habitual fue de traje corto y pelo rizado.

No, ahí el programa el que hacía y deshacía en función de lo que veían, y me iban modelando hasta que se quedó el definitivo, con el pelo con los rizos, vestidos cortitos y medias y zapatos con taconazos y plataforma. Y ahí medio me quedé, salvo cuando nos ponían a varios personajes que copiábamos a personajes reales, como la vez que me caracterizaron de Tamara cantando el ‘No cambié’ u otra vez de Belén Esteban.

¿Cómo era trabajar en ‘La Parodia Nacional’, en aquella época que las canciones se mandaban por correo tradicional y a veces se podía perder la vigencia de actualidad de los temas?

Era una maratón. La persona enviaba la letra, y una serie de compositores cogían la letra y la retocaban para que encajase bien en las canciones, aunque yo ahí no estaba en ese proceso; imagino que elegirían los temas en función de los personajes, porque yo llevaba un punto moderno, o Estrellita la Moderna y Vanessa Puñales eran folclóricas. Por la tarde nos llevaban al estudio, y cada uno llevaba su walkman para aprendérsela, y uno a uno pasábamos a una habitación, donde se iba hilando, y al principio nos dirigía Josep María Mainat, que era maravilloso porque yo era fan de La Trinca; algunos conseguíamos grabar el tema esa misma tarde allí mismo. Al día siguiente por la mañana, después de salir a las tantas de la noche, te ibas al plató, con las pruebas de vestuario mientras te estudiabas el tema por ahí, y por la tarde preparábamos las coreografías con Poty. Y esa misma tarde se hacía un pase entero de todo, como un ensayo general con vestuario y coreografía, y al tercer día se grababa. Yo a veces tenía hasta tres hora de maquillajes, entre el tapar cejas con cera, pelucones, ¡nunca hice nada tan cañero! A veces incluso había que grabar alguna frase nueva de la canción, algo que a mí me pasó dos veces, y no sé si pasó algo, una noticia de última hora, y hubo que grabar corriendo el mismo día de la grabación del programa, y luego lo defendía como podía.

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Caracterizada de Tina Turmix en ‘La Parodia Nacional’

¿Hiciste gira con tu personaje, como otros compañeros?

Hice algunas galas por ahí con Loli Panoli, así salteadas, y también hice una función con Paz Padilla, que hacía un monólogo, teníamos un cuerpo de baile, y también estaba Rubén Ramírez, el niño imitador que salía mucho en Antena 3, y hacíamos un sketche los tres juntos. Y luego salía yo sola de Tina Turmix con un par de número de ‘La parodia nacional’, porque la productora me cedió los playbacks, los vestidos y la peluca, y de hecho aún los conservo. Y luego salían Las Miranda, Patricia y Laura Ugarte, también compañeras de ‘La Parodia Nacional’, y cantábamos juntas.

A Paz Padilla precisamente le diste el relevo en ‘Crónicas Marcianas’.

A Paz la conocí en ‘La Parodia Nacional’ cuando hizo de jurado, e hicimos muy buenas migas, y ahí salió la idea de hacer algo juntas. A ‘Crónicas’ llegué porque envié mi cinta de videobook a una azafata de ‘La Parodia’, que conoció a Sardá en ‘Moros y Cristianos’, y se lo hizo llegar, ¡más maja!. Y Sardá me llamó para currar, y como tenía tan buen trato con Paz y su representante me llevaron ellos, fue todo muy relacionado.

El blog se llama Sufridores en Casa por el ‘Un, Dos, Tres’. ¿Cómo fue tu paso breve por este programa?

Llegué por mi representante, lo movió ella, y la sensación de estar con Chicho Ibáñez Serrador, trabajando en la misma mesa y trabajando en un programa que yo veía de pequeña fue muy especial. Fue satisfactorio, pero lo recuerdo no como si fuese increíble y que no iba a olvidar jamás, sino como algo que intenté disfrutar dentro de lo que llevaba entre manos, defendiéndolo de manera fresca y divertida, aunque ahora lo miro y digo ¡madre mía! Como actriz estás ahí defendiendo algo que está al servicio de un concurso, pero bien, bien.

Y por último, pregunta obligada ¿eres aficionada a Eurovisión?

No, pero a veces quedo con un grupo de amigos y hacemos nuestra quiniela, nos echamos nuestras risas y a veces hasta vemos vídeos antiguos. Pero depende de la etapa y del año, y de si me pilla trabajando o no. Algunas veces me ha pillado de bolo, y lo vi después de una actuación.


Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

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