Nina, ‘Con voz propia’: Operación Memorias

Seguimos celebrando el Día del Libro con ‘Con voz propia’, las memorias de la eurovisiva, undostresera y operaciontriunfística Nina Agustí, que se publicaron hace escasamente un mes por Exlibric, si bien anteriormente ya se pudieron leer exclusivamente en catalán. De hecho, se trata de una nueva edición con motivo de la actual gira del musical ¡Mamma Mia!, con el cual Nina llevaba más de dos mil funciones a sus espaldas cuando escribió estas memorias en las que cohabitan sus recuerdos laborales y familiares con el descubrimiento de su propia técnica vocal.

Asi, nos encontramos a una pequeña Anna Maria (nombre real de Nina) que de pequeña oía el folletín radiofónico Lucecita y que, literalmente, ayudaba en casa cosiendo bragas. Pero desde pequeña ella sabía que quería ser cantante, y con escasos 17 años ya debutó en una orquesta que la llevó a recorrer numerosos pueblos (en los que llegó a sufrir afonía o en los que acabó con la garganta llena de tierra tras actuar en un suelo tipo albero) hasta que llegó su gran momento en el ‘Un, dos, tres’. 

De su presentación para el gran público Nina confiesa cómo flipó cuando Xabier Cugat la presentó como su nuevo descubrimiento, cuando acudió con la orquesta de Cugat a interpretar un tema. Allí Chicho se fijó en ella y le propuso quedarse en el programa, aunque ella su experiencia por televisión no la tiene entre sus mejores recuerdos, y que literalmente en sus cinco años como estrella catódica se “murió del asco”.

De su debut como azafata recuerda su canción en el programa dedicado a los cómics, con un bodi que no le dejaba respirar, y cómo acabó hasta las narices de repetir el mismo playback durante cuatro horas. Eso sí, a fuerza de repetir los shows y grabarlos con el plató vacío aprendió a cantar mirando a cámara, y a darse cuenta que mover los labios una y otra vez sobre la misma canción es una tortura. En definitivas cuentas, cambiar “la calidez del escenario por la frialdad del plató”.

Esto de mirar a cámara para comunicar a través de la ca cnción le sirvió y mucho cuando en 1989  TVE la elige para ir a Eurovisión con ‘Nacida para amar’, compuesta por Juan Carlos Calderón, quien ya había ido anteriormente al Festival con temas como ‘Eres tú’ o ‘La fiesta terminó’, y que ya estaba un poco harto de Eurovisión. Nina, que demuestra en todo momento una gran pasión por su familia, cuenta cómo dos países antes de actuar ella buscó una cabina para llamar a su casa, y cómo cantó su tema pensando que detrás de la cámara estaban sus padres.

Al igual que Carmelo Martínez cuenta cómo La Década Prodigiosa acabó de fiesta con Celine Dion en Eurovisión 1988, Nina también vivió anécdotas con la canadiense cuando acudió en calidad de ganadora del año anterior, y la Dion no solo la felicitó por su interpretación sino que aquella noche acabaron cantando juntas de manera improvisada, y paseándose agarradas del brazo como dos comadres.

De su tema ‘Nacida para amar’ Nina explica (¡atención!) que la mezcla final del tema la eligió la esposa de un directivo de la discográfica, pues el señor iba en su coche oyendo las diferentes propuestas y arreglos y eligió el que más gustó a su señora. Un gran criterio.

De su primer disco, Nina explica que “yo no era negra y no cantaría jammás como una negra”, pero que las propuestas de temas eran “vomitivas”, y que no le quedó más remedio que cantar unas canciones que ni le iban ni le venía (y luego hace un paralelismo entre el primer disco de los concursantes de ‘OT’ y esta misma experiencia, de grabar temas que estaban ya en el catálogo para que cualquiera las cantase). De hecho, cuando en pleno boom de ‘OT’ reeditaron sus dos primeros álbumes a ella le pareció una mala idea, aunque se reeditaron igualmente. Y es que para Nina cantar una canción que no te gusta es casi como si te obligan a comer algo que te desagrada, tipo coles de Bruselas.

Actualmente a Nina la conocemos en musicales como ‘¡Mamma Mia!’ (algo que la llevó a conocer a Meryl Streep y que la diva de Hollywood gritase como el personaje de Donna al enterarse) aunque su primer montaje fue ‘Las cuatro cartas’, una producción de Miliki con música de Rita Irasema. Tras él llegaría un ‘Cabaret’ con canciones en catalán y en inglés, entre otros montajes que principalmente se vieron en Cataluña, donde también trabajaba puntualmente en televisión.

Y llegó ‘Operación Triunfo’, un programa que le provocó una “sensación de resucitar sin haber muerto”, sobre todo porque el gran público le había perdido la pista. Es curioso que no se moja demasiado en este capítulo, ni siquiera menciona a uno solo de los concursantes más allá de referencias al andamio o giras por las Alpujarras, y enfatiza que lo que más le gustó fue que la profesión de cantante se conociese de verdad, el esfuerzo físico y no solo vocal que implica el ser artista.

Y tras ‘OT’ llegaría primero su concierto aniversario ’20 anys i una nit’ y luego ‘¡Mamma Mia!’, musical que no quería protagonizar a priori, pues se quería centrar en estudiar en la universidad filología catalana primero y logopedia después.

El libro alterna capítulos con este tipo de apuntes biográficos con cómo ha ido avanzando en técnica vocal, aunque a veces estos textos sean dificilillos de comprender para un lector que no tiene ni idea de por qué le costaba tanto cantar en Sol 2 ‘Money Money’, por ejemplo. Y también hace hincapié en la importancia del ejercicio, y sobre todo, del Pilates para ser un buen cantante.

El libro acaba con una Nina agotada tras la gira de ‘MM’, a la que le cuesta levantarse del suelo, en parte por el agotamiento físico y mental que le suponía representar 2000 veces el mismo papel de la madre soltera que se reencuentra con el amor de su vida, y en parte porque sufrió algún que otro revés físico, como una infección bastante problemática.

Aún así, la lectura es bastante amena, y el gran pero que se le puede poner es que los que no nos conocemos al dedillo la trayectoria de Nina nos perdemos un poco con los saltos hacia atrás y hacia delante, y a veces no te queda claro qué trabajo va antes o después, y cuántos y cuando grababa discos como ‘Corre, corre, diva’, al que pertenece la foto tipo pavo real.

Si quieres tener el libro firmado por Nina estás de suerte porque actualmente se encuentra en promoción, y el lunes por la tarde hará una presentación en Lleida. Por si os pilla a mano.