Málaga es una pequeña Suecia hasta final de mes. Más o menos. El Teatro Cervantes de Málaga acoge desde el pasado jueves y durante tres semanas el musical ¡Mamma Mia!. El música que vuelve a estar protagonizado por Nina Agustí en el papel de Donna, la dueña de una taberna griega cuya hija se casa, y que desconoce que ésta ha invitado a su padre al evento. Claro que ni ella misma ni su hija sabe cuál de sus tres amores veraniegos de antaño es “el donante de esperma”, como lo llegan a llamar.
Y en plena presentación a los medios, y tras un pequeño pase gráfico, Sufridores en Casa hemos podido hablar con Nina, que actualmente también promociona su libro ‘Con voz propia‘, y esto nos ha contado.
Entrevista con Nina Agustí
Antes de esta función ¿cuántas veces te has enfundado el peto de Donna?
La cuenta de la gira anterior fue de 2183 representaciones y ahora llevo 211 o por ahí, no llega a 2.500.
Con Mamma Mia sufriste un agotamiento en la gira anterior.
No fue por agotamiento, fue porque la vida de repente te para y tienes la mala pata de una intervención quirúrgica. Cosas de mujeres. En ‘Con voz propia’ sí recojo cómo un compañero me dice que si no salgo cansada algún día al escenario, y claro que a veces cansa, soy humana. Pero no estoy cansada de hacer ‘Mamma Mia’, ni antes ni ahora, me encanta hacer este trabajo y cada vez me lo paso mejor, y siento si da esa impresión.
Mejor reencontrarse con tres novios de juventud dos mil veces que, por ejemplo, morir dos mil veces como ‘La dama de las Camelias’.
Esta función es una maravilla, se hace sola. No sabes lo que es oír reír a carcajada limpia al público, me alimenta el alma.
¿Y si no fueses Donna, qué otro personaje de la obra te gustaría interpretar?
Tania o Rossy, que son dos grandes personajes. Pero no puedo competir con mis compañeras -Olga Hueso y Eva Diago-, porque ellas son muy buenas cómicas.
¿Qué te falta por hacer en la profesión? ¿Grabar un folletín radiofónico como Lucecita?
Pocas cosas me faltan por hacer, porque radio también hice, pero sí por ejemplo grabar el disco que siempre me hubiese gustado grabar, y cuidar más mi carrera como cantante. En realidad sí, me quedan cosas que hacer.
En tus biografías siempre se dice que fuiste descubierta por Xabier Cugat, y tú misma te enteraste a la vez que España entera de que “te había descubierto”.
Yo me di cuenta porque me sucedió a mí. Yo fui a ese programa (el ‘Un, dos, tres’) ese mismo día con la orquesta que yo trabajaba y oí a Cugat decir que presentaba su nuevo descubrimiento. Y a mí eso me cambió la vida, a partir de ahí me vieron 23.000 millones de personas, luego Chicho me contrató y hasta hoy.
¿Te quemó mucho el paso por televisión? En el libro cuentas que fue una etapa en la que te moriste del asco.
Uno se quema si uno quiere. Cuando digo eso fue por el conjunto de mis cinco años en Madrid, de pasar de mi realidad de cantar con una orquesta a otra en la que eres superfamosa pero no tienes nada, porque tu futuro está por hacer. Pero no lo digo por la televisión, que ni me quemó entonces ni me quemó con ‘Operación Triunfo’, nunca nadie me ha puesto un cuchillo para hacer nada. Si lo hago es porque lo quiero hacer y estoy muy orgullosa de hacerlo.
Y cerrando con el ‘Un, dos, tres’ ¿recuerdas qué hay que hacer para ser sufridor en casa?
No, ni idea.
¿Cómo fue eso de que tuviste que convencer a Juan Carlos Calderón para que compusiese ‘Nacida para amar’?
Lo de Eurovisión me lo propuso la discográfica, e imagino que a la vez la discográfica lo propuso a Televisión Española. Y yo dije que solo aceptaría si la canción la escribía Juan Carlos Calderón, porque yo ya estaba muy decepcionada con los trabajos discográficos que me iban ofreciendo, que no acertaban con la música que no me gustaba y no quería hacer el ridículo delante de tantos millones de personas. Y como Juan Carlos Calderón aceptó, por eso fui a Eurovisión.
Muchos cantantes cuentan que TVE le pone piedrecitas en el camino de Eurovisión para que no ganen. ¿A ti te sucedió algo así?
No, yo creo que son leyendas que se cuentan.
¿Y con Rosa encontraste alguna traba?
Yo no noté nada, pero son cosas que sí he oído muchas veces. Estoy muy desconectada de Eurovisión, no tengo televisión desde 1999 y me sabe mal porque eres eurofan, pero no es un tema que me interese especialmente.
Fuiste directora de ‘OT’ y tú misma vives en un constante ‘Operación Triunfo’ de formación.
Si no hay formación no hay crecimiento, y si no creces ¿qué vas a ofrecer de nuevo al público? Yo salgo al escenario para disfrutar y hacer disfrutar, y si no noto que crezco, que maduro como actriz y como cantante no tiene mucho sentido dedicarte a esta profesión. Para mí la formación es importantísima, básico. Cada persona nacemos con un talento oculto en alguna parte del cerebro, pero si no lo cultivas se va a quedar ahí.
En tus memorias te presentas como una defensora de lo que el pilates ayuda a los cantantes. ¿Cómo es esto?
Lo descubrí por un profesor de canto en Londres, que me habló muy bien del método, yo no lo conocía, y cuando volví a Barcelona de estudiar con este profesor al poco tiempo comprobé que mi cuerpo tenía unos beneficios que no conseguía con otros deportes. Y luego comencé a notar beneficios en la voz, todas esas cosas que vocalmente eran más dificultosas se volvieron más fáciles, y tras muchos años de investigar, de entrenar, a otros cuerpos y otras voces y a mí misma ya sé el porqué. De hecho mi tesina final de logopedia lo hice basándome en eso. Pilates te ofrece una fortaleza y un equilibrio que todo el cuerpo se coloque en su sitio, porque para cantar la postura y la alineación y la fuerza muscular son fundamentales. Pero la fuerza no sale de este trocito de cuerpo de donde tenemos la laringe, la fuerza sale de otras partes del cuerpo que hay que conocer.
Estos días presentas en Málaga ‘Con voz propia’, tu primer libro. ¿Qué tal la experiencia de esta nueva faceta?
Me apasiona escribir y es algo que voy a seguir haciendo, y ya tengo pensado el segundo libro. Siempre pido a los lectores que me envíen su feedback, y he recibido comentarios que me han hecho muy feliz. A veces me pregunto que por qué este libro es más importante que cualquiera de las otras cosas que he hecho, y creo que es porque mi oficio es intangible. Yo hago una función y se queda en el corazón de los espectadores, pero ya, y el libro no. Y aunque en alguna ocasión hablas de memorias, hay un término que me gusta más, que acuñó un periodista catalán en la primera entrevista que hice para el libro, que es “vozgrafía”. En el libro no hablo de mí, hablo de mi oficio y mis experiencias profesionales para hablar de la voz, el protagonista del libro es la voz, y por eso me gusta más ese término.
Fotos: Mike Medianoche / Daniel Pérez – Teatro Cervantes.