El Guiness de los récords de los vestidos de España en Eurovisión

Si cuando uno tiene la boda de una prima segunda no sabe qué ponerse, imagínate que para lo que tienes que elegir vestido es algo tan gordo como representar a España (o cualquier otro país) en Eurovisión; eso debe generar un estrés más grande que las bragas de Caritina. Este 2015, nuestra Edurne entra en el libro Guiness de los Récords de España de Vestuario de Eurovisión como traje más caro pues son 15.000 euros lo que cuesta sus trapitos. Eso sí, el diseñador de los mismos, José Fuentes, es el que se ha encargado de apoquinarlos, para que nadie critique a TVE de despilfarro de dinero público. Eso sí, de momento no se sabe (o yo aún no lo sé) si el segundo traje que Edurne llevará tras el ¡rass! será verde oliva o dorado.

Así, la Edu entra en este Guiness eurovisivo cañí junto a Soraya, que fue la mujer española viva con más cristales de Swarovski pegados en Eurovisión:10.000. Que yo no sé quién se dedicó a contarlo, pero poco importó, porque nadie nos votó. Angelito. Qué batacazo se pegó. Nos pegamos.

Anabel Conde está en el Guiness por el traje con mayor gira mundial del traje de Eurovisión: 20 años después de Eurovisión, ella sigue llevando el vestido a los conciertos y lo muestra como si de la mano de Santa Teresa de tratase. De hecho, como ya contamos, ella deja que los eurofanses se prueben el traje y se hagan fotos.

Lydia, con su traje de Agatha Ruiz de la Prada, está en el Guiness Eurovisivo Español por ser la artista con mayor número de colores en un solo traje: todos. Unos trapitos que le valieron el premio Barbara Dex a la peor vestida en el año 1999, un galardón que también ganó Gisela cuando fue por Andorra con ‘Casanova’.

Remedios Amaya tiene el récord de menor número de zapatos representando a España: cero. Raquel del Rosario también actuó descalza, pero tenía joyas en los pies, así que no cuenta. La pobre Remedios también tiene el récord del menor número de votos por España junto a otros artistas, pero ese es otro tema.

En lo que a peso se refiere, Salomé gana como traje más pesado: 14 pesaba su modelito de pertegaz de porcelana azul. Y a eso se le suma tres kilos en collares. Así que igual la chiquilla igual no bailaba como recuerdas, sino que tenía espasmos musculares. La pobre.

Y Ruth Lorenzo tiene el récord de cambiar de traje en menos tiempo. En 2014 cambió de traje a última hora, pues inicialmente iba a lucir un vestido de Ana Martín, de Anmargo, que llevaba una estructura que daba un aire guerrero que fue muy criticado en los ensayos. Así, el viernes, un día antes de la final, anunció que cambiaba de vestuario y que se decantaba por uno nuevo de la firma Karim Design, que era similar al anterior, de corte sirena.

En el récord al traje más cañí están Ana Nery y Cecilia Blanco de ‘La década prodigiosa’. Las dos muchachas lucieron dos trajecitos como de flamencas yeyés con un maravilloso momento abanico que mandan al carajo en mitad del tema.

Las Azúcar Moreno tiene el premio a la mayor improvisación textil. Recordemos que Toñi y Encarna iban a lucir dos trajes de Francis Montesinos que, por un error, se confeccionó de una talla inferior a la prevista, y básicamente les estallaron. Por eso, las Salazar se vieron obligadas a usar un modelito de lo más económico, 2.500 pesetas de las de entonces y que habían comprado para una actuación en televisión un mes atrás. Las pobres. Pero conste, Eva Santamaría también tuvo que improvisar: a ella, como a Lola Flores, se le perdieron los pendientes, y una prima suya tuvo que mandarle un par a Irlanda de prisa y corriendo.

Y cerramos el repaso con Patricia Kraus, la mujer con el récord del mayor peor gusto a la hora de vestir, con su pañuelo verde, su corpiño bondage y ese maquillaje que se hizo sin mirarse al espejo. Pero aún así la adoramos. Larga vida a la autora y compositora de ‘No estás solo’.