Año 1993. Marta Sánchez, tras su paso por Olé Olé, debuta como cantante solista y se encuentra en plena promoción del álbum Mujer, cuyo single de presentación fue Desesperada. Una de las paradas televisivas que hizo para hablar de las virtudes de su trabajo fue Hola, Raffaella, el programa que la diva italiana de cuello archiflexible presentaba en Televisión Española. Para quien no lo recuerde, el programa giraba entorno al juego Si fuera, en el que los invitados preguntaban a un invitado pistas para adivinar un personaje popular que luego desde casa debían acertar para ganar unas perrillas.
Antes de jugar al Si fuera, la Carrá realizó unas preguntas a Marta casi de cortesía, alguna de las cuales Marta no sabía cómo responder, con su desparpajo habitual. Muy grande es el momento en el que la Carrá le pregunta a Marta su éxito en Latinoamérica y tras lanzar la pregunta la italiana mira hacia otro lado pasando total de la respuesta de la rubia. Pero lo mejor es que Marta responde que ese país es Méjico, y exclama «¡casi digo Méjicos, como la Cantudo! ¡María José, no te enfades!«
Como el primer disco de Marta Sánchez además de en castellano se había grabado en la lengua adoptiva de Bienvenida Pérez, la Carrá le pide que cante Desesperada en inglés, y miss Sánchez le dice que no se la sabe en inglés, pero que le puede cantar otra si gusta.
Y sin saber por qué, tuvo lugar el peor playback de la historia de la televisión. De algún recóndito altavoz comienza a sonar la música de Desesperada, en español, eso sí, y Marta se ve obligada a cantarla en playback, sentada en un sillón con Raffaella Carrá al lado imitando su coreografía. Marta intenta que eso no pase, habla sin que se la escuche porque le han cerrado el micro y acaba entrando por el aro. Pero tras el primer estribillo, Marta comienza a hacer gestos cuasi histéricos para que corten la música, y se encienden las luces… pero el playback no para.
Medio descompuesta, accede seguir cantando no sin dejar de hacer aspavientos para que aquella tortura, tanto para ella como para el espectador, llegue a su fin, pero los responsables pasan totalmente de hacerle caso y sigue sonando el hit mientras el realizador saca planos cerrados del tetamen de Marta, quien grita «¡ya! ¡ya!» de manera desesperada (desesperada ¿lo pilláis?). A su lado, la diva Carrá se troncha en el sillón, disfrutando como Paz Padilla cuando Yurena va a Sálvame.
Marta Sánchez maldice una y otra vez y la música llega a su fin, y todo se apaga y le iluminan solo las tetas otra vez. Y tras cantar a capella, vuelve a sonar Desesperada y Marta dice «no puede ser que me hagáis esto. ¿Cómo podéis ser tan crueles?»
Y tras la pequeña encerrona, por fin, Marta y Raffaella pudieron jugar al Si fuera. Pero lo más delicioso es que, pese a que Marta es quien debe responder, la Carrá no le deja meter palabra y, o bien le chiva las respuestas al oído, o directamente responde ella en nombre de Marta, o matiza cosas como «es guapísimo», sin que tenga que venir a cuento. No sea que la chica no sepa jugar y nos fastidie el chiringuito.
He aquí el vídeo de este gran momento televisivo