El Festival de Eurovisión 2013 en la vida de un Sufridor en Casa

Por JoniPod

Y la historia se repite otra vez. Acaba el Festival y te indignas jurando no volver a verlo más. Aunque todos los años te propones que no te vas a tomar el tema tan en serio,  acabas picando y viviéndolo a tope. El listón estaba muy alto, Pastora Soler fue el ejemplo de que se puede enviar una canción más que digna y de cómo un intérprete disfruta al máximo de la representación. Es probable que a Pastora le viniera designado el papel por su discográfica, pero desde el minuto 1 hasta que terminó su actuación en Bakú se notaba como su ilusión iba creciendo y cómo levantó aplausos entre critica y eurofans.

El sábado echamos mucho de menos a la andaluza. Vale que Raquel era mi paisana y eso siempre llena de ilusión, pero esa ilusión no estaba en la cara de Raquel y su voz en vivo demostró mucho nerviosismo. No voy a entrar a valorar la actuación ni las canciones. Hay páginas y blogs que lo está haciendo estupendamente  y hacerlo a estas horas es estar menos de actualidad que un disco de OT3. Pero no quería perder la oportunidad de compartir mi experiencia en un Festival de Eurovisión después de haber estado en Dusseldorf hace un par de años.

Qué escenario tan feliz
Qué escenario tan feliz

Alemania dejó el listón muy muy alto, quizá demasiado, y mi sensación general ha sido un «me esperaba más». Cuando ganó Loreen, yo creo que la idea que nos venía a la mente era: «Wow! Eurovisión y Suecia, esto es macroshow asegurado». Más si tenemos en cuenta las que lían en el Melodifestivalen. Nada más lejos que La Coruña la realidad. La organización de Malmo 2013 optó por un festival bastante austero, empezando por el recinto. Cuando llegabas al Malmo Arena, después de haber estado en el Globen de Estocolmo, se te quedaba cara de circustancia. Un recinto muy pequeño, un escenario pequeño, para una ciudad que tuvo que recurrir a Copenhague como satélite para albergar a eurofans que acudían a su cita habitual, como el que se marcha a hacer el Rocío. ¿Veremos algún día a Eurofans lanzando a sus niños para que Charlotte Perrelli los bendiga?

Servidor fue uno de los que se alojaba en Copenhague, Malmo quedaba a media hora de tren, vamos, lo que tardas mínimo en ir de una punta a otra de Madrid. Copenhague bebía del ambiente eurovisivo y lo comprobabas desde que veías a gente con banderas danesas por la calle hasta que decidías pasarte por la zona gay de la ciudad donde no paraban de sonar temas eurovisivos. No, la de España no la escuché nunca.

El gay de Oz
La pulsera sigue funcionando. ¿Las controlará Carola en remoto?

El sábado decidimos vivirlo a tope en Malmo. El día del festival la ciudad que lo acoge se llena de un ambientazo en el que solo faltaba Lola Flores gritando: «si me queréis marcharrrrse», no cabían más gays en Malmo. Si en vuestra ciudad habéis vivido un derbi,  final de Copa del Rey o de Champions sabéis lo que es que el centro esté invadido de hinchas, gente con banderas… pues en Eurovisión pasa lo mismo. Es llegar a la Estación Central de Malmo y encontrarte con indicaciones para que sigas el camino de baldosas amarillas vayas al Eurovisión Village o al EuroClub, centros neurálgicos. En plena plaza, un contador de tiempo atrás como si se tratase de las olimpiadas, y en el Eurovisión Village todo tipo de actividades de los patrocinadores. Desde concursos de baile a lo «Veo, Veo versión sueca» en los que se cumple la máxima de «grupo de niñas del instituto con el amigo alegre que le gusta bailar», a talleres donde te dejaban hecho un Ecce Homo con los colores de tu país o una mariposa, el elemento de este año bajo el lema de «We are one» y que también estaba presente por toda la ciudad impresas por el suelo.

EuroUPA Dance
EuroUPA Dance

Por despiste o traición de mi inconsciente, me dejé en Madrid mi bandera de España, esa que lucí en Dusseldorf como si fuera un amigo de Ana Botella bajando Génova, no así otros tantos españoles. Como se vio en la tele, hubo invasión de compatriotas en el Festival y se notaba en las calles. Calles en las que, por casualidad, me encontré con los chicos del Sueño de Morfeo. Estaban comiendo, sin Raquel. Eran sobre las 4.30 de la tarde y me sorprendió verles allí, yo les hacía ya en el Arena o con los preparativos en su hotel. Se les venía muy relajados: «Pues nada, aquí descansando un rato». Muy majos accedieron a una foto, que el momento quinceañera carpetera no hay que perderlo nunca, oye. Me hizo mucha gracia un grupo de italianos que me dijeron «Oh, son los cantores» refiriéndose a cantantes, y a mi en ese momento solo me venían a la mente los Cantores de Híspalis.

El trozo que falta soy yo, paisano de Raquel
El trozo que falta soy yo, paisano de Raquel

Suecia, como país anfitrión, estaba volcado con Robin a través de portadas en prensa, vallas publicitarias y hasta escaparates en las tiendas. ¿Os imagináis en el escaparate de BLANCO un cartel que ponga «Raquel, estamos contigo hasta el final?». Yo tampoco. La tarde la pasamos de stand en stand recopilando regalillos como la señora que va al SIMO o a FITUR, comprando merchandising, bueno, el que quedaba… y aprovechando el ritual para visitar una tienda de discos suecos.

Suecia se volcó con su representante
El gay de Oz

Ya en el Malmo Arena las teles y prensa recogen el espíritu de los eurofans. La gente se lo curra, y mucho, hasta con disfraces. Por ejemplo, los seguidores de Finlandia llevaban velos de novia en homenaje a Krista. No, yo me negaba a ir descalzo. Delante nos tocó a un grupo de griegas que se desvivían por sus paisanos como si de Beliebers se tratara, claro que, con esa banda, de nueva era necesario sacar la faceta quinceañera carpetera, como con el cantante de Lituania.

Al llegar a tu asiento, te daban una pulserita con luces, esas que iluminaban la visión general del escenario cuando tocaba una balada o empezaba cada país. Las luces, el que se encendieran o no, y el color de las mismas, dependía de la organización. Lo mismo pasó con el órden de las actuaciones. Para garantizar el ritmo del show, eran los propios productores los que decidieron el «playlist» de países que irían desfilando por el escenario.

Antes de que empezara, para calentar motores, repetían el mismo ritual que en el MelodiFestivalen. Ponen a una banda rollo SuperSingles que interpreta éxitos eurovisivos y schlagers suecos hasta que sale el regidor. Es el mismo del Melodi, ese tipo de personas que tiene chispa, rollo el regidor de Sálvame, que sabe manejar al público. Explicaba a la gente que estaba apelotonada en plan primer día de rebajas a pie de pista cómo levantar las banderas, cómo iría transcurriendo todo…y como frase memorable: «no olvidéis, habrá mucho confeti y ventilador, estáis en Suecia, el país de Carola».

Un saludo a las señoras de la limpieza del Malmo Arena
Un saludo a las señoras de la limpieza del Malmo Arena

El confetti no faltó y lo llevaba la ganadora incorporado desde que actuó por primera vez en la preselección de su país. Dinamarca era la gran favorita… y se llevó el gato al agua sin sorpresas. La proximidad entre ambos países hizo que cualquier voto que le daban a la danesa se celebrara en el Arena como si fueran concursantes del Un,Dos,Tres ganando apartamentos en Torrevieja. Ya cuando Petra anunció que era la ganadora y volvió a actuar atravesando la pasarela cuál concursante de OT1, aquello se venía abajo.

Un ambientazo el que se vive que compensa lo escaso del show y la organización si tenemos en cuenta lo que decía al principio de las expectativas de que «eran los suecos». Vendieron asientos detrás del escenario, con focos delante y no, el escenario no era giratorio, así que solo podías ver las actuaciones «por detrás».  Hacía muchísimo calor en gradas en un escenario, que para ser Eurovisión, se queda pequeño. Eso sí, lucía precioso cuando apagaban y solo se veían nuestras lucecitas pulsera, especialmente en el subidón de la balada de Bonnie Tyler. Bonnie emocionó a todos los allí presentes y no se merecía ese puesto.

Igual que Cascada, el estadio se vino arriba con el temazo de la alemana… Nuestra canción, no se la sabía nadie. Que sí, que es en español, pero por ejemplo, el año de Lucía Pérez la gente nos cantaba el «uoh ooh ooooh», aquí cuando salimos a actuar la gente se animó algo, pero en general pasó más desapercibida que la final de Splash, sobre todo si tenemos en cuenta que íbamos después de algo tan potente como Finlandia. Y sí, en vivo se notaba como desafinaba la pobre Raquel.

Otro ejemplo de comparación inevitable, el macropantallón que se marcaron los alemanes para seguir las votaciones. En el Malmo Arena solo había una pocas pantallas pequeñas alrededor para ver los votos que iba recogiendo Petra. Por cierto, no se veía en el plano, pero a la presentadora le pusieron una butaca y estuvo sentada todo el rato que duró la votación. Está claro que con tantos países la mujer no iba a aguantar de pie, más después del numerito musical que se marcó, para mi gusto, de las mejores cosas de la noche. Sobre todo la breve intervención de Carola arrollada por un ventilador. No os preocupéis, detrás de ella había una colchoneta que la recogía cuando simulaba la caída. La otra, la interpretación de The winner takes it all de Sarah Dawn Finer. Para el que no lo sepa, Sarah es la misma que hace de Linda Woolrof, la patosa corresponsal de la UER. El personaje se creó para el Melodifestivalen 2012, año en el que Sarah fue presentadora, y caló tanto que han decidido explotarlo también en Eurovisión.

Ojalá Chayo a Eurovisión 2014 y en portada del ABC
Ojalá Chayo a Eurovisión 2014 y en portada del ABC

Los que tienen que explotar ahora el Festival son los daneses. De entrada, celebraron su victoria por todo lo alto. Cuando llegamos a  Copenhague la gente tocaba el claxon de los coches, llevaba banderas… Sí, me repito pero es que no existe mejor símil que el fútbol cuando el equipo de tu ciudad gana la Liga. Al día siguiente, Emellie era portada de todos los periódicos (¿Os imagináis a Raquel del Rosario en portada de La Razón? Yo tampoco) y los hoteles ya empiezan a frotarse las manos. En el mío ya había un formulario para que dejaras tu email y recibir ofertas para alojarte en 2014.

 Ahora falta que elijan la ciudad y conozcamos las fechas, falta casi un año, pero el paso de los meses será proporcional a nuestras ganas de soñar con una representación de calidad en Eurovisión 2014 y poder estar ahí para vivirlo. Sí, las entradas no son baratos y difíciles de conseguir, tienes que pagar alojamiento, es todo más caro… pero, repito lo de siempre, merece la pena vivirlo, al menos una vez en la vida. Es una experiencia de Twelve Points.


Blog sobre televisión, música, cine y lo que surja, siempre desde un punto nostálgico y humorístico. Emitiendo de manera ininterrumpida desde 2009.

6 thoughts on “El Festival de Eurovisión 2013 en la vida de un Sufridor en Casa

  1. Bravo! Me ha gustado mucho tu impresión.
    Por las declaraciones que hicieron I.Es.De.Em. (como llamaban a ESDM en todas partes), parece que se dieron cuenta de que no es la cosa friqui que entienden en España que Eurovisión es. Si hasta quieren volver!

  2. Yo creo que ha sido el escenario más flojito de los últimos diez años; había una línea ascendente impresionante pero esta vez los suecos se han quedao muy corticos. La Morfea no sólo es que desafinara; es que cantó con la nariz con un sonido taaan feo que vaya, puede dar gracias de no ser la última.
    Y lo último…¡¡Estas son mis crónicas favoritas de toooodo internet!! Ehhorabuena!!

  3. Gracias por acordarte de mi con las entradas detrás del escenario, yo era de esos 🙁

    Me da a mi que Dinamarca lo va a coger con muchas más ganas que Suecia, sólo hay que ver que ayer lunes la televisión danesa estaba entre dos ciudades para celebrarlo. Además en poco tiempo han hecho ESC 2001, JESC 2003 y Congratulations, tienen mucha experiencia reciente. Eso sí, sólo pido que si lo hacen en Copenhague, no lo hagan donde el 2001, era demasiaaaado grande.

  4. Ya me pasó al leer la review de hace dos años y vuelvo a pensar lo mismo: ¡Qué bien se lo tiene que pasar uno en un evento como éste! Sin duda alguna toda una experiencia. Al parecer el tema que fuera todo más pequeño fue por una bajada de presupuesto bastante importante aunque viéndolo desde casa yo lo disfruté como siempre ¡Gracias Jon por compartir la experiencia una vez más! 😀

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