‘El detector de mentiras’ de Mattel, el juego de mesa pionero del polígrafo

Jorge Javier Vázquez, Emma García y Julián Lago tienen algo en común: los tres han capitaneado un programa de Telecinco en el que un polígrafo / poli / máquina de la verdad ha sido el eje del espacio, en el que una persona famosa o no tenía que decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Pero antes que el ‘Deluxe’, ‘El juego de tu vida’ o la mítica ‘Máquina de la verdad’ reinasen en televisión, hubo un juego de mesa que nos enseñó que existía una máquina que indicaba si se estaba diciendo algún embuste: ‘El detector de mentiras’, de Mattel.

Detector de Mentiras Mattel
Al de amarillo le dijeron «pon cara de pensar mucho»

El juego, en la edición que yo conservo, salió a la venta a finales de los 80 / inicio de los 90, y la dinámica era muy sencilla. De 24 sospechosos, uno de ellos había cometido un crimen que, la verdad, poco importaba a la trama. Sin embargo, había que descubrir quién de ello había sido: ¿el juez? ¿quizá el jugador? ¿acaso ha sido la actriz, o por el contrario había sido la obesa lavandera?

Cartas El Detector de Mentira Juego Mattel
«El sospechoso hizo la dieta Dukan» ¿Cuál de ellos será?

Para ello y por turnos había que sentar al sospechoso que quisieses y tomarle declaración. Y es que cada carta de personaje tenía un texto en su reverso que emulaba una declaración en un juicio. Por ejemplo, si llamabas a la encargada del guardarropas te decía «el jefe dice que las chicas deben ver, no oír. Además nunca tuve nada que ver con ese personaje tan gordo«. Se ponía la tarjetita, que tenía un círculo troquelado, en el detector de mentiras, se introducía un palito por el boquete y el detector indicaba si lo dicho era cierto o falso.  En caso de ser falso, el detector pitaba, además, aunque a mí la palanquita que había que activar para ello se me rompió.

Mattel El Detector de MEntiras
El poli dice que el sospechoso es calvo ¡Ha sido Kiko Matamoros!

Y es que en el fondo, ‘El detector de mentiras’ era una especie de ‘Quién es quién’ en el que tenías que ir quedándote datos para encontrar el personaje que reúna todas las características: gordo, flaco, labio inferior grueso, bigote, que si tenía gesto enfadado, que si tenía las cejas como dos gatitos… Y ahí que te ponías tú a hilar pistas como buenamente podías.

Lo cierto es que lo más molón del juego eran los personajes, que eran la mar de grotescos, con rasgos de caricatura total. De hecho había profesiones que uno de pequeño no entendía del todo, porque mira, cantante, dependiente o banquero vale, pero ¿qué era la lavandera? Porque yo siempre pensaba en una bandera, pero aquella fornida mujer no tenía bandera por ningún lado. Por no hablar del jugador (¿eso se considera una profesión?), el play boy (¿un juego infantil con un play boy? ¿en serio?), el chantajista (hola, mamá, de mayor quiero ser chantajista) o la encargada del guardarropa. Porque se entiende que todos vivían en una gran ciudad en la que no hay limpiadoras, maestros o panaderos. Allí la profesión habitual es la de maitre (tardé años en comprender qué carajo era eso), promotor de lucha libre o médium (ésta última era mi favorita, no sé por qué).

El Detector de Mentiras Mattel Cartas
¿Habrá sido Constantino Romero, Bárbara Rey o Coto Matamoros el criminal?

 Cada partida el culpable era diferente, ya que se insertaba en el detector una ficha también troquelada con agujeritos. Así, si el pincho podía pasar hasta el fondo, coincidiendo el agujero de la ficha con el de la carta, lo que se decía era verdad. Si la ficha, hecha de un material plástico tipo radiografía, impedía pasar el pinchito, era mentira.

Para hacerlo más molón y detectivesco, además de las cartas de sospechosos, existían unas cartas especiales de «información secreta», que se podían utilizar igualmente y que daban información adicional sobre el aspecto físico del culpable.

Cartas Detector de Mentiras
El detector de mentiras, de Mattel, rechace imitaciones

 Cuando ya hubieses reunido información suficiente, podías pedir resolver con la tarjetita correspondiente. Si acertabas ganabas un fuerte aplauso, y si te equivocabas quedabas descalificado, como San Marino en las semifinales de Eurovisión.

Mattel Detector de Mentiras Juego
Las tarjetitas de culpable

Luego existía un sistema de puntos que no conservo, y es que según resultase que el culpable era una de las cartas con las que jugabas te restabas o no puntos. Pero eso era lo de menos.

Con los años salió al mercado otro juego llamado igual (bueno, sin «el» delante) y en este caso de Parker. Mas el sistema ya no era el mismo: éste sí era una especie de polígrafo doméstico al que no tuve el gusto de jugar, y que parecía ser una versión avanzada del beso, verdad y atrevimiento, y que no tenía nada que ver con el que yo hoy reivindico por aquí.

Detector de Mentiras Parker
No era de Mattel sino de Parker, como Camila

¿Alguno de vosotros se sintió Conchita la del poli en su infancia jugando al ‘Detector de Mentiras’? ¡Déjanos una firma contando tu tesimonio!

 

 


Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

2 thoughts on “‘El detector de mentiras’ de Mattel, el juego de mesa pionero del polígrafo

  1. Yo lo tuve…pero nunca tuve con quien jugar…el problema de no tener hermanos, ni vecinitos, ni amigos para echar una partida…
    Al final acababa jugando sola con todos los juegos de mesa que me regalaban…a qué rey mago insensible se le ocurría regalar este tipo de juegos a niños sin vida social? Entre este, el tozudo, que ya veis que gracia jugar sola, uno que tuve que iba sobre ir de compras en un centro comercial y ya el acabose, un parchís gigante…..menuda infancia mas chunga.

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