Desde hace un par de días se habla mucho de la orientación sexual de Epi y Blas. Mark Saltzman, guionista de ‘Barrio Sésamo’, ha confirmado en una entrevista con Queerty que los populares personajes eran pareja, y de hecho, que se inspiraba en su relación con su novio. O mejor dicho, bajo su punto de vista creativo.
Porque poco después Frank Oz, cocreador de los personajes, dijo a través de Twitter que no, que Epi y Blas no entienden, y que qué importa ese aspecto. Que no hay que etiquetar a la gente en heterosexuales u homosexuales.
Además, Sesame Workshop, la organización sin ánimo de lucro detrás de Barrio Sésamo, dijo en Twitter que son solo mejores amigos, y ya está. Como decía el personaje de Isabel Pantoja en la serie ‘Mi Gitana’ “somos amigas, mamá”. Y por si esto fuese poco, añadieron que “fueron creados para enseñar a los niños de preescolar que las personas pueden ser buenas amigas de aquellos que son muy diferentes a ellas. Aunque sean identificados como personajes masculinos y posean muchas características y rasgos humanos, como la mayoría de las marionetas de Barrio Sésamo, siguen siendo marionetas y no tienen orientación sexual”.
Como dicen en Bluper, lo de que las marionetas del universo de Barrio Sésamo no tengan orientación es mentira. Porque sabemos que la Rana Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo, mantuvo durante años una relación con la cerdita Peggy, aunque fuese en otros programas. Y también tenemos parejas como Tío Pepe y Tía Pepa, claro precedente de las ‘Matrimoniadas’ de José Luis Moreno.
Este asunto me jode mucho que los responsables de Barrio Sésamo tengan que hacer algo tan absurdo como desmentir la sexualidad de dos marionetas, sobre todo, porque es una serie que siempre ha abogado por la diversidad y la integración.
Hace ya casi diez años hasta hicieron un personaje VIH positivo, en el Barrio Sésamo de Sudáfrica, Kami, y en Estados Unidos hay un personaje con autismo. Zari, en el de Afganistán, es una abanderada del feminismo, y en Israel hay uno de religión árabe. Pero no queda bonito hablar de que dos marionetas puedan ser maricones, imagino, que por represalias de países conservadores.
La cosa es que en realidad en ‘Barrio Sésamo’, más allá del romance o no de Epi y Blas, novios para su guionista, amigos para los demás, ya había jugado, al menos en España, con la identidad de género de sus personajes.
Una vez más podemos recordar a Espinilla, el alter ego de Espinete el día que se traviste y se maquilla por aburrimiento y por gastar una broma a sus amigos. ¿Quién no se ha puesto pestañas postizas y ropas de mujer para ver si el kioskero de tu barrio te reconoce? ¡Qué gracioso!
Pero no solo eso: aquí tenemos un personaje femenino que originalmente es masculino. Hablamos de la Jaca Paca, que es la que solía acompañar a Coco cuando éste vivía aventuras convertido en el Sheriff Coco.
Originalmente se llama Fred The Wonder Horse, Fred el caballo fabuloso, y aunque se llame Fred, un nombre masculino, siempre tuvo una apariencia femenina, desde sus primeras andanzas en los años 70. Y es que desde que nació lucía una larga melena rizada, y tenía los ojos maquillados.
Sin embargo, cuando los vídeos de Fred llegaron a España, su nombre se cambió de Fred el Caballo a la Jaca Paca, y siempre se consideró femenino.
Bromas a parte sobre el cambio de género de Fred / Jaca, lo cierto es que ya toca que Barrio Sésamo se abra a la identidad sexual y a la orientación sexual. Porque si en Sudáfrica Kami se contagió del VIH por una transfusión de sangre (¿desmentirán algún día en Twitter que las marionetas tengan sangre?) lo mismo podíamos conocer a un títetere que no sea cisgénero, y con el que se puedan identificar parte de los espectadores. O una pareja, como Epi y Blas, que ayude a esos niños homosexuales a tener un referente en un programa infantil. Sería precioso, la verdad.
Por no mencionar que sin los mariquitas, Barrio Sésamo no existiría, pues Espinete, Gustavo, la gallina amarilla Paco Pico salieron de la imaginación de Kermit Love, abiertamente homosexual, así como de los guiones de Mark Saltzman, y otros tantos sodomitas que hicieron del Barrio Sésamo un lugar mejor.
Muy bonita reflexión. Seguro que el contagio de Kami fue por una transfusión? O negarlo sería muy hardcore?
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Según leí era por una transfusión!
Además en otras ocasiones sí se han mojado. Los herederos de Jim Henson, si bien no son los únicos detrás de «Barrio Sésamo», hace un par de años cortaron una relación comercial con una cadena de comida rápida de Estados Unidos, rollo KFC, porque habían vetado el acceso a una pareja homosexual en unos de sus restaurantes.
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Pues ese dato lo desconocía!