Alfonso Vallejo: «Hacer de Don Pimpón era como una sauna»

A finales de la pasada semana paraba en el teatro Cervantes de Málaga la obra Ensayando a don Juan, protagonizada por Arturo Fernández. Al leer el elenco vi un nombre que hizo que se me pusiesen los ojos del revés: Alfonso Vallejo. Tras las gestiones oportunas (¡gracias al equipo de comunicación del teatro y de la compañía!), el actor me concedió una entrevista.

Quedamos en la plaza del propio teatro, y mientras disfrutábamos un café, comenzó a hablarme de su profesión, y de cómo cuando él empezó tenía que falsificarse documentos de cara al sindicato para poder trabajar de actor sin tener el carnet de artista. «Yo he trabajado con carnets de otros, al sindicato se le mandaba un reparto con carnets y luego trabajaba quien fuera, no llegaban a controlar, y si preguntaban se justificaba con una baja o una sustitución«, me comenta, antes de que yo comenzase a disparar mis preguntas.

Me documenté bien, y quise preguntarle por prácticamente toda su carrera, repleta de programas de los que reivindicamos en este blog. La noche de los Castillos, A las once en casa, su película con Almodóvar, su papel en Agitación +IVA... Pero el tiempo voló, y aunque estuvimos casi media hora hablando me dejé muchas cositas en el tintero. Y debo decir que, quizá junto a la de Millán Salcedo y a la de Carmen Maura exaquo, es la entrevista más bonita que he hecho a un artista para esta web dada la generosidad y el cariño que tenía a la hora de responder.

Entrevista con Alfonso Vallejo

Actualmente estás de gira por España con Ensayando a Don Juan con Arturo Fernández. Un montaje sobre teatro dentro del teatro en la que das vida a Manolo, el jefe técnico de un particular Tenorio. 
Mi proceso dentro de este trabajo ha sido súper rápido, porque llegué casi de rebote, y fue ensayar una semana e ir a Oviedo a estrenar, y el proceso que ellos han tenido previo me lo han ido contando. El personaje yo creo que es pequeño, no sé bien por qué, y se quedó como un personaje casi anecdótico con el que los demás no se relacionan demasiado. Por edad, soy el más cercano al personaje de Arturo, y da la sensación de que es un hombre con el que parece que ha trabajado muchos años en el pasado y con el que hay una química especial, y tienen ambos la misma línea ideológica, al contrario que los demás.

Además, con Arturo ya trabajaste en anteriormente por ejemplo en La casa de los líos, serie en la que interpretaste numerosos personajes diferentes.
¡Sí! Y me hace mucha gracia porque uno de ellos era precisamente un compañero de colegio de Arturo Fernández, y no digo más (risas).

Este invierno estuviste trabajando en Carlota, la obra que supuso el regreso a los escenarios de Carmen Maura. 
La última vez que Carmen Maura hizo teatro fue en 1986, con la obra La reina del Nilo, en la que yo también estaba y trabajaba en escenas directamente con ella. Yo era un beduino que la secuestraba en el desierto, intentaba traginármela y ella me cortaba la cabeza, un poco en la línea de la historia bíblica de Judith. Ese mismo año hicimos La ley del deseo, y nunca más coincidí con ella en teatro, aunque en televisión sí, en A las once en casa, por ejemplo.

Alfonso-Vallejo-Carlota
Vicente Díez y Alfonso Vallejo en Carlota

Pero curiosamente, en 1978 cuando Adolfo Marsillac funda el Centro Dramático Nacional contrata 40 actores y hacemos 3 obras de teatro, y Carmen Maura era una de esas actrices, y por eso, cuando nos reencontramos con la obra Carlota en el María Guerrero fue como “¡hostias, otra vez aquí, después de 35 años después estamos en el mismo escenario!”. Qué bonito. Aunque en esta función, en Carlota, yo no tenía escenas con ella, yo hacía del investigador del asesinato. Carlota colgó muchas veces el cartel de no hay localidades, y no estaría mal una reposición, aunque no sé si Carmen Maura estaría interesada. Cuando acababa la obra se iba a Londres y Australia a rodar una película con Antonio de la Torre y Paz Vega, de una familia española en Australia, con exteriores en Australia y estudio en Londres, y luego se iba a París a hacer no sé qué.

Hace pocos años participaste junto a David de María, Diana Navarro o Naím Tomas en un particular espectáculo: Cien puñados de rosas. ¿Cómo fue aquella experiencia en homenaje a la zarzuela en la Plaza Mayor de Madrid?
Aquello lo hice con Paco Azorin. Ese hombre llevaba varios años con los encargos del Ayuntamiento de Madrid de hacer zarzuela en la Plaza Mayor y cogió canciones de varias zarzuelas de Chapí e hizo un popurrí y funcionó de puta madre. Hicimos un ensayo general con la Plaza Mayor llena, y al día siguiente hicimos la función, aunque es como si realmente hubiéramos hecho dos.  Es un invento extraño esa forma de trabajar delante de tanta, pero no me cogió de nuevas.

¿Por qué?
Hace muchos años, cuando yo hacía televisión para niños, montamos Los mundos de Yupi en directo, un espectáculo con un gran elenco y nos movíamos en el circuito de la música, e íbamos a estadios de fútbol y plazas de toro delante de 20.000 padres, niños y abuelas. Aquí en Andalucía actuamos en San Roque, en la plaza de toro, llena de gente, en Málaga estuvimos en el Estadio de Fútbol, en Sevilla en la Plaza de España… En Málaga también vinimos a la caseta infantil del Ayuntamiento varias veces, y ya sabes cómo son los cambalaches de los representantes, que en nuestro caso era el mismo que el de Rocío Jurado, Luz Casal, aquellos locos que eran diez u once… ¡Los inhumanos! Y hacían acuerdos como “la actuación vale diez millones, pero te cobro nueve, y por uno me contratas a estos mangurrinos con el espectáculo de Yupi”.

Hablando de programas infantiles, imagino que hacer de Astrako sería más agradecido que interpretar a Don Pimpón por el tema de movilidad en las manos.

La diferencia básica era que Don Pimpón era una marioneta entera, y Astrako era mi cara entera con una calva, unas orejas, pero con las manos útiles. Como con una mano tenía que moverle la boca, Don Pimpón lo que tenía era efectivamente un brazo armado, ortopédico, con un nylon que los padres lo verían y los niños no, y que para evitar que siempre tú tuvieras la mano derecha tonta de arriba abajo lo que hacíamos era manipular a veces con la izquierda, frases pequeñas y tal, porque con el derecho es más complicado.

¿Se adelgazaba metiéndose en el traje de Don Pimpón?
Más que se adelgazaba no se engordaba, que era mejor. Era terrible, era como una sauna. Pero en Los Mundos de Yupi Astrako también tenía lo suyo, porque llevaba una camisa, un pantalón y unos gaymbos tipo Superman que eran de gomaespuma, y un chaleco, que también era de gomaespuma, y llevaba una bufanda de material plástico. Un día hice una prueba, y después de actuar me quité la camiseta que tenía debajo del traje, empapada de sudor, y la estrujé encima de un vaso vacío… y lo llené.

La gran pregunta, ¿qué era Don Pimpón? En una canción se decía que era un pinzón, en otros lados dice que era un oso, o un búho…
¿Qué te parecía a ti?

Un búho.
¿Sabes lo que era? ¡Era yo! ¡Con mis barbas y todo!

Vale, tú eras el actor de daba vida al personaje, pero Don Pimpón…
¡Era yo! Que por entonces tenía melena y barba.

En ese momento álgido sobre qué era Don Pimpón nos interrumpe una chica que estaba en la mesa de al lado. “¿Le puedo hacer una preguntilla? ¿Usted era el actor que hacía de Don Pimpón, verdad? ¿Me firmaría un autógrafo? Mi novio me ha dicho que cómo he podido reconocerlo, pero es que tengo su voz grabada”. Alfonso le dice responde que por supuesto, se hacen una foto y le firma como Alfonso Vallejo y abajo le pone Don Pimpón, “que era como firmaba a los niños”.

Continuamos. Me decías que tú eras Don Pimpón.
Yo ya había hecho Barrio Sésamo en la primera etapa, en la de La gallina caponata, en la que daba vida a Manolo el mecánico, y llevaba un look con una gran melena y barba.

Tal como apareció en La cometa blanca.
Eso es. Y el mismo equipo de La cometa blanca me llama un día y me dicen ¿oye, a ti te importaría meterte dentro de un muñeco, que estamos preparando la segunda versión Barrio Sésamo?” E hicieron una tormenta de ideas de qué animal podría ser.

El del otro personaje, Espinete, llegaron a la conclusión de que fuese un erizo, un animalito en contacto directo con los niños, aunque también barajaron la idea de que fuese un ratoncito o un topo. ¿Y qué hacemos con Don Pimpón? Me llamaron para una sesión de fotos, me hicieron fotos frontales, laterales y de todo lados, y las mandaron al taller de Jim Henson, y le dijeron “queremos un muñeco basado en este tío”. Si tú te fijas,esta porra -dice, tocándose la nariz-, que parece de loro, ancha, un poco curvada, exagérala en caricatura, y ahí la tienes. Y los pelos que yo tenía, esa textura de peluche del muñeco, era porque yo, Alfonso Vallejo, tenía un barbón.

Encuentre las siete similitudes
Encuentre las siete diferencias

En internet circula una foto en la que apareces sin la cabeza de Don Pimpón y luciendo esas barbas.
Yo tengo un reportaje entero, que podría sacarlo a la luz, pero rompería el encanto, en el que se ve cómo me voy montando yo de Don Pimpón, porque yo mismo tuve que hacer inventos, ya que el personaje era muy grande y no me gustaba cómo se movía. Yo me movía dentro de un tonel, pero el tonel no, y me inventé un arnés con un chaleco militar y con un rulo de plástico para que se moviese la barriga. Y en las rodillas también llevaba unas grandes rodilleras.

¿Por qué acabó Barrio Sésamo y nacieron Los mundos de Yupi?
Se hizo Los mundos de Yupi, un producto 100% español para no pagar royalties, y parece ser que alguien desde Estados Unidos manipuló para que desaparecieran Los mundos de Yupi, yo no lo sé con certeza pero cabe pensar que sí. Del Sésamo la mitad era material americano, y se pagaba una viruta muy grande por ellos, aunque ellos hacían los muñecos, que está muy bien para que la imagen sea uniforme. Habré visto el Barrio Sésamo de 50 o 60 países del mundo, y te puedo decir que igual que Caponata está el Big Bird, que es amarillo, y en otros países hay otros pájaros iguales, o el Espinete que había en Israel. Barrio Sésamo es un gran negocio, porque tú emitías 25 minutos y 12 minutos y medio tenían que ser americanos, y vendían lo mismo a todos lados. En aquella época lo veían unos 15 millones de personas, porque había una cadena o ninguna, una barbaridad. Yo creo que Barrio Sésamo desapareció por la carestía del producto, era caro, aunque por normativa y forma de programar cada episodio había que pasarlo 3 veces al año, lo que lo hacía más rentable. Nosotros grabamos 80 episodios y se emitían 3 veces, 24o capítulos. Jim Henson aprendió que a los niños le gustan los anuncios porque son cortos y se los aprenden por la repetición, por lo que la repetición no es mala, los niños saben lo que va na encontrarse y funciona. Nuestros programas tenía una historia, pero dentro de esa historia diferente había otras piezas que se repetían mucho. Anda que no hemos oído veces eso del “un dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce”, el vampiro, el domador contando leones…

Leí en una entrevista en 20 minutos que tu hijo tardó en enterarse de que su padre era Don Pimpón. ¿Mantenías la identidad oculta cual batman?
¡No! (risas). Esto lo he leído en algún sitio, pero no era exactamente así. Cuando yo empecé a hacer esto, mi hijo tenía 5 años y yo no quería romperle la magia de la televisión, igual que no se la quería romper a ningún niño. Y algún listo empezó a decirle “tu padre es Don Pimpón” y él decía “que no, que no, que no”, y se enteró por alguien de la familia, porque siempre lo tuve oculto. Por ejemplo, cuando había visitas a los colegios en el plató, había una orden tajante para que antes de que los niños entrasen una educadora pasase primero para ver que todo estaba correcto y no nos viesen sin estar montados.

Barrio-Sesamo-Don-Pimpon

¿Pasó eso alguna vez?
Una vez dio la casualidad de que Chelo Vivares, Espinete, cuyo personaje eran dos partes, unos pantalones y una parte de arriba, se quitó la de arriba, y se fue detrás de un decorado. Y los niños entraron y se encuentraron a Espinete, y empiezan a zarandearlo “¡Espinete, Espinete!” Alguien se dio cuenta y dijo “dejadlo, está dormido…” «¡Pero si tiene los ojos abiertos!», «¡No, pero es que los erizos duermen con los ojos abiertos…”.  Estamos aquí sudando la camiseta con todo puesto para que los niños no se lleven un desencanto y ahora dejáis el muñeco ahí medio destrozado ¡no me jodáis! (risas).

José Manuel Reyes - Don pimpon
José Manuel Reyes, cuidador de Don Pimpón

Nota: Tras la publicación de la entrevista, he hablado telefónicamente con Alfonso Vallejo y me ha indicado que la foto que circula por internet, y que yo mismo he linkado en este artículo, en la que se ve al actor que da vida a Don Pimpón a medio montar no es suya. El que aparece en tal foto es José Manuel Reyes, uno de los cuidadores de los trajes.

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Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

12 thoughts on “Alfonso Vallejo: «Hacer de Don Pimpón era como una sauna»

  1. Me ha gustado mucho la entrevista. Se le ve muy noblote, y me he quedado con el culo torcido al saber que Don Pimpón esté basado en su físico. :O

  2. Era un personaje entrañable, pero se ve que la persona que estaba tras el tb, ha sido un excelente flashback a mi niñez, y con algunas respuesta se me ponían los pelos como escarpias. Una vez más un gran trabajo Migue.

  3. Enhorabuena Mike por esta pedazo de entrevista y por hacer que se me escape la lagrimilla recordando Barrio Sésamo. Es increíble que hayan pasado tantísimos años y aún hoy me quede embobado viéndolo con mis sobris. La tele debería recuperar esta magia de nuevo 🙂

  4. Por fin estoy teniendo un poco de tiempo para leeros, porque no me veas… La entrevista es fantástica, y aparte Alfonso Vallejo me parece un tío muy buena gente. Aún recuerdo la serie ‘A las once en casa’, en la que hacía de cuñado cara y gorrón y cuyo personaje me encantaba. Me partía literalmente.

    Y pensar que el muñeco estaba basado en sí mismo. Es genial…

    Enhorabuena.

  5. Por diosssss, texto gris sobre fondo negro. ¿Por qué no has elegido ya el mismo color para el texto y el fondo? Así reduces aún más el contraste. ¿Tienes algún problema en la vista?. Si es así, ¿crees que el resto del mundo tiene el mismo problema que tú?
    Consejo: si quieres que te lean, cambia los colores. Pero por favor,<no pongas azul sobre amarillo o rosa sobre blanco. Sé un poco decente. Mira otras páginas si no sabes qué hacer. IO pon texto negro sobre fondo blanco, eso siempre funciona.

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