El teléfono fijo en la vida de un Sufridor en Casa

Por JoniPod

Hoy queremos homenajear a un miembro que en algunas casas ha quedado más relegado que Antonio Hidalgo en Antena 3 y en otras directamente ya ni existe: el teléfono fijo. En la actualidad sobrevive en muchos hogares jóvenes por aquello de «me regalan las llamadas gratis con el ADSL» o en los hogares de nuestros mayores.

Precisamente ese es mi primer recuerdo del teléfono fijo, vinculado a mis abuelas, una de ellas no tenía teléfono y no lo tuvo hasta avanzados los 90, y la otra, cuando servidor era un baby conservaba un teléfono de esos de «rueda» que ponia «Compañía Telefónica Nacional de España». Lo había de muchos colores, como los relojes que están ahora de moda, en mi casa era gris, como la programación de Antena3, y mi abuela lo tenía en rojo, como en Moscú.

Si el número a marcar tenía muchos 9 te acordabas de la familia de la persona a llamar
Si el número a marcar tenía muchos 9 te acordabas de la familia de la persona a llamar

Esos teléfonos resistieron muchos años en las casas, conviviendo con la gran innovación de los 70 para aquellos que tenían una mansión y les suponía mucho desplazarse de un ala de la casa a la otra para coger el teléfono, o por si eras Gracita Morales y tenías que atender las llamadas de la cocina: la llegada del supletorio. Eran teléfonos de góndola que incorporaban la ruedecita sobre el auricular, vamos todo un lujo, y el cablecito para que pudieras moverte por el dormitorio en plan adolescente mientras hablabas con tu ligue.

La pega era la pérdida de intimidad, madres y hermanos que nos léeis, levantad vuestro listín teléfonico los que alguna vez no hayáis descolgado el supletorio disimuladamente para escuchar una conversación ajena. Porque en aquellos tiempos no había identificador de llamada y siempre había que preguntar por fulanito para que te respondieran «de parte de quién» o «no se encuentra». Que tú no sabías si es que no estaba en casa o que se había perdido como Ylenia.

"Estoy llamando a mi peluquero"
«Estoy llamando a mi peluquero»

La tecnología avanzó a pasos agigantados y pudimos sustituir la ruedecita por teclas. Ese era el modelo de  que usaba Mayra Gomez Kemp en el 123, el famoso «teléfono verde» del que hemos hablado tantas veces. Cuando se acercaba el tramo final del programa tocaba llamar a los «Sufridores en Casa», y no, no éramos nosotros. La azafata acercaba el sobre lacrado que incluía la carta ganadora con la etiqueta de batidos Okey. Para llamar, era todo super analógico y «ochentero». Se acercaba el teléfono fijo, con 25 metros de cable y Mayra tecleaba el número telefónico, con el prefijo delante claro, no olvidemos que era un básico en aquella época para las llamadas interprovinciales.

Aunque lo parece, no es de Fisher Price
Aunque lo parece, no es de Fisher Price

Hasta que a alguien se le encendió la bombilla y si ya teníamos micrófonos inalámbricos para que Sabrina y Samantha Fox se movieran por el escenario mientras enseñaban los pechos cantaban, ¿por qué no íbamos a tener teléfonos inalámbricos también? Mi tío fue de los primeros de la familia en comprar uno (el mismo que fue pionero con la antena parabólica) Solo que inicialmente parecían más walkie talkies que teléfonos, y se colaban más interferencias que un pinganillo en «Enemigos Íntimos». Además, como te alejaras mucho parecía que estabas llamando desde la guerra del Golfo.

Años después los fijos se dieron un lavado de cara y adoptaron mil formas. ¿Os acordáis de la moda de los teléfonos en forma de corazón, plátano, hamburguesa…? Todos rarunos y obviamente orientados a colocar de «supletorio» en el cuarto de nuestras lectoras adolescentes, que mientras leían la Super Pop y escuchaban a Nick Kamen llamaban a su compañera de clase.

ari Lapique se veía obligada a esconder el teléfono a Caritina
ari Lapique se veía obligada a esconder el teléfono a Caritina

Porque nuestras madres en aquel entonces miraban mucho por la factura del teléfono y hubo un tiempo en que el fijo era caro. «Solo puedes hacer llamadas al pueblo eh, si vas a llamar a la capital o a algún amiguito de Madrid, tienes que irte a una cabina». Real como la vida misma, y me obligaba a comprarme aquellas tarjetas de 500 pesetas en llamadas que fueron las precursoras de las tarjetas prepago de los teléfonos móviles. En el fondo fueron todo un alivio para no perder monedas de 5pts como si nada. Que levante su libro de el «Lazarillo de Tormes» el que no haya intentado engañar a la cabina telefónica metiendo monedas de 25pts con un hilo en medio.

Hasta el salpicadero de un Panda tenía más gracia que este teléfono
Hasta el salpicadero de un Panda tenía más gracia que este teléfono

Para los que no estaban obligados a llamar desde la cabina pero tampoco tenían teléfonos de diseño, llegó «Forma», un nuevo teléfono que se supone era hipermoderno, e incorporaba una gran novedad: el botón de rellamada. El fijo empezaba a perder peso con la llegada de los móviles y nos vendían servicios como el contestador, el desvío de llamadas, la llamada en espera… Por si querías jugar a ser centralita en casa o te veías obligado a dejar la linea libre «por si llamaba Raffaella». Continuando con esos servicios después del «Forma» llegó el «DOMO» que como gran innovación te permitía saber quién te llamaba. A partir de entonces tenías la opción de decidir si querías coger el teléfono o no.

En los 90s el fijo se convirtió en el mejor amigo de la tele, ya fuera para estar pegado a la tele y esperar que te llamara Raffaella y tener que descolgar para decirle «Hola», como reza uno de nuestros mandamientos, o que desde el programa de Pepe Navarro te preguntaran si tenías pelos en la lengua. Por otro lado nuestras madres y abuelas se hicieron adictas a los 903, 905 de la época para que les tocara el coche que regalaba Andoni Ferreño, o cuando te tocaba colocar el TeleTrebol junto al fijo para transmitir las respuestas y conocer si habías acertado.Luego llegaba la factura del móvil y todos en casa ponían más cara de sorpresa que Pilar Rubio viendo las audiencias al día siguiente. Nadie había llamado a esos «números raros».

Con el fijo, los lectores de SEC no te podían mandar cosas así...
Con el fijo, los lectores de SEC no te podían mandar cosas así…

El tiempo pasa pero la historia se repite, el boom de los SMS para ganar los 5.000 euros que regala Maria Teresa Campos, señoras que niegan haber mandado un SMS para que saliera en «La Noria»… y mientras tanto, el teléfono fijo sigue en un rincón, esperando a que alguien lo rescate, como si de Silvia Jato se tratase

¿Tienes fijo en casa? ¿Os siguen llamando? ¿Como respondéis?

Feliz semana Sufridores!


Blog sobre televisión, música, cine y lo que surja, siempre desde un punto nostálgico y humorístico. Emitiendo de manera ininterrumpida desde 2009.

13 thoughts on “El teléfono fijo en la vida de un Sufridor en Casa

  1. Yo tengo fijo… pero solo me llaman mi madre y mi hermano el mayor… de hecho, ni siquiera me ser cual es mi número :S…

  2. Yo sigo con el fijo, y la verdad que cuando suena lo temo más que a un nublado, por que suele ser una amiga, que o me pilla en la ducha o haciendo otras cosas en el baño, parece que me mira por un agujerito y me llama justo en esos fatidicos momentos. Lo peor es que habla por los codos, y la tienes que dar largas por lo menos 3 veces y aun asi no se da por aludida.

  3. Yo tuve fijo cuando tenía ADSL. Mis padres lo siguen teniendo para llamarse entre sus hermanos. Y yo cuando estoy, oye, pues si llamo a mis amigos al fijo me ahorro unas pelillas en el móvil…

    Ay, Fuentelabrada 😀

  4. Si, es mas lo uso por gratis, y llamo y llamo, a veces pienso, que me da igual llamar, total, es fijo y me pego horas, (es la p*** crisis), que nos hace, hacer esas cosas…… Inclusive llamar a los fijos…. O recibir y si recibo llamadas.

  5. jajajj, Es graciosisimo!! haber ¿quien no ha tenido un teléfono de estos? y lo de Rafaela me ha encantado yo era una fans, me gustaban mucho sus canciones cuando yo era jovencita :-)))
    Saludos. …..

  6. Yo me telefoneaba con mis amigos para comentar los videoclips que echaban cada tarde en Clipeando (ese gran programa del que deberíais hacer un post). Ahora sólo llama mi abuela.

  7. Yo siempre he tenido telefono de botones y mi abuela tenía uno de esos con rueda, asi que cuando iba a su casa me ponia al lado del telefonio y yo era la que llamaba. Y que me decías de cuand llamabas a otra provincia y le decias a tu madre «mamá, voy a poner una conferencia»

  8. Pues yo tengo un inalámbrico. Me encantaban esos concursos donde cogían la guía telefónica y llamaban al azar, estaban genial.
    El primero que tuve era de rueda, era horrible, nunca tuve la oportunidad de jugar a Hugo es la estrella con él. ¿Cómo iba a hacer para que saltara? ¿O para que se desplazara hacia la derecha? El de botones no me gustaba nada, el que me molaba era el inalámbrico walkie. Era muy gracioso porque yo pensaba que con él iba a poder irme a la calle y seguir hablando por teléfono, pero casi que no podía salir del salón sin que se escuchara alguna interferencia. Escuchaba todas las conversaciones de radiotaxi.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Back To Top