Uno de los recuerdos que tengo de la profesora que tuve en el ciclo de tercero de EGB y cuarto de Primaria (me pilló el tránsito del sistema educativo) era que los viernes, el día así más ligerito de la semana, nos ponía cassettes de cuentos.
Pero no unos cualquiera: los auténticos Cuenta Cuentos de Salvat, que por algo era un colegio concertado y allí los cuentos eran de marca y no de mercadillo. De todos, recuerdo especialmente ‘Pipo en Arcadia’ y ‘Las aventuras de Gobolino’, que era un drama con lectura LGBT.
Se trata de un felino nacido de una familia de gatos negros que resulta que no es negro del todo, porque tiene una mancha blanca. Y de él se espera que sea el gato de una bruja, pero él decide romper cánones sociales y aspira a ser un gato faldero. Uno que esté todo el día merodeando por los pies de su dueña y calentándose la panza frente a una chimenea, en lugar de estar todo el día aquelarre para arriba, hechizo para convertir en sapo para abajo. Una clara alegoría de un gato queer, que decepciona a su familia por no ser lo que se espera de él, y que por vivir su vida recibe el rechazo tanto de su propio entorno como de la gente que se cruza en su camino.
Los Cuenta Cuentos de Salvat salieron a la venta en los años 80, y eran una adaptación al castellano de una colección inglesa. Allí había cuentos clásicos (‘La Bella Durmiente’, por ejemplo), adaptaciones breves de novelas (‘Heidi’), leyendas mitológicas (‘La caja de Pandora’), cuentos de autores reconocidos (‘El gigante egoísta’ de Oscar Wilde)… Vaya, que allí valía tenía cabida todo, como en las citas de ‘First Dates’. Algunos eran autoconclusivos, y otros, como Gobolino, tenían varias partes. Y la mayoría de ellos, como suele suceder en los cuentos, son de un machismo de cagarse de culo, con mujeres que solo sueñan con casarse con un príncipe, o que son entregadas por sus padres como un trofeo, o como en Pandora, que son las culpables de todos los males.
Cada cuentecito estaba narrado por una única persona, y de una manera muy encantadora, iba impostando las voces: poniéndola muy impostada si hacía de hombre, hablando dulce si el personaje era una doncella, con un sonido nasal y engolado si era un animalito que habla…
Los narradores eran personas muy conocidas en el mundo del doblaje, como Rafael Turia (Gazpacho de ‘Los Fruittis’), María Luisa Sola (la voz de Glenn Close y Sigourney Weaver de confianza), Marta Martorell (la voz habitual de Angela Lansbury, y por tanto, la señora Pott de ‘La Bella y la Bestia’ de dibujos animados), Josep M. Angelat (tiene cientos de trabajos, pero por apuntar uno muy SEC, me quedo con el de profesor en ‘Grease’)… Y hasta Constantino Romero puso su voz por allí.
En las cintas además se incluían canciones, que en este caso también corrían a cargo de una celebridad: Rosa León, e incluía algunos de sus éxitos como ‘La canción de la vacuna’, ‘La reina Berenguela’ o ‘El reino del revés’, que por entonces la coronaron como una Lady Gaga de la infancia.
¿Te ha dado morriña recordando todos estos cuentos? Puedes tienes más suerte que Carlos Fabra cuando le tocó la lotería siete veces: y es que Salvat tiene un maravilloso canal de YouTube donde tiene todos los cuentos subidos, y con ilustraciones de las que venían en los fascículos. Bueno, no los he contado, pero si no están todos los cuentos, casi casi.
Así que cierro haciendo de DJ de Cuentos dejándoos una selección de lo que me ha salido del níspero.
Hola! Muy interesante tu artículo, se me había pasado y eso que en 2018 estuve bastante metido en el tema Cuenta Cuentos, de hecho le he dedicado un blog a la colección (no lo tenía y era de justicia). Te dejo el enlace por si no lo conoces y quieres echar un vistazo 🙂
https://cuentacuentosdesalvat.wordpress.com/
Hay también un grupo de Facebook llamado «CUENTA CUENTOS de Salvat, el Blog» que está directamente relacionado con él, por si quieres pasarte. Yo por mi parte voy a compartir allí tu publicación y así te doy algo de publicidad 😉
Por cierto nunca se me había ocurrido ese enfoque LGTB del cuento de Gobolino… no es tan descabellado si lo piensas bien. Lo del machismo en muchos cuentos si que es más evidente pero eran otros tiempos y hay que leerlos con la mentalidad de esas épocas.
Un saludo y te reitero la invitación al grupo si te apetece.
Follow @sufridores
Oh, gracias, ya estoy allí por Fb y cuando tenga un rato le echaré un ojo al blog!
Claro que comprendo que era otra época, y gracias a que hemos evolucionado ahora me parece tremendo lo que antes me parecía lo más normal del mundo.
Que maravilla tu artículo! Muy bien escrito además!
Yo descubrí el canal hace años y me hizo inmensamente feliz.
Mi hermana y yo los oíamos y leíamos sin parar en casa y aún hoy recito prácticamente de memoria el 25% del contenido 😀
Mis favoritos eran El capitán Bocanegra y la vendedora de mangos. Por cierto, muy bien tu apunte del machismo. También están cargados de clasismo, aporofobia y por supuesto especismo.
Ahora a mi hija se los pongo también en inglés, que existe el canal de la editora: Marshal Cavendish creo recordar.
Saludos!!
Yo aún tengo muchos de los cassettes de la colección. ¡Me encantaban!! Y durante toda la vida he ido reconociendo las voces en las películas de muchos de los locutores de los Cuentacuentos. De hecho, cuando las oigo me transportan al pasado. Me sé todos los cuentos todavía: Gobolino el gato embrujado, palitroque, el ogro grogro, canciones como «Debajo de un botón», o el «Tractorrrrr…» ¡Qué recuerdos!
De hecho, me compré un radiocassette para que mis hijas pudieran escuchar las cintas que tengo. Y les encantan. Ahora investigaré por la página a ver si tenéis toda la colección colgada. 🙂