Los libros del ‘Un, dos, tres’: el otro libro de 1976

El pasado martes hablábamos del libro rojo del ‘Un, dos, tres, responda otra vez’, publicado en 1976, y hoy continúa el repaso por los libros oficiales del concurso con el otro editado en ese mismo año y que en esta ocasión tenía a Kiko Ledgard en su portada secundado por dos bellas azafatas de las de entonces.

El libro es un poco más de lo mismo que el otro del que ya hablamos, con algunas diferencias. Nada más empezar el propio Chicho Ibáñez Serrador nos manda un saludo y dice que su intención sería hacer el ‘Un, dos, tres’ también para niños y no solo para mayores, siendo este el motivo de la publicación del mismo. Y se nos hace una pequeña introducción de cómo era entonces el programa, con Kiko Ledgard a los mandos de presentación, uno trío de tacañones formados por Don Lápiz, Don Rácano y Don Estrecho, y seis bellas azafatas: Beatriz, María Durán, María Casal, Victoria Abril, Raquel y Marián Flores, la hermana de Mar Flores y primera eposa de Kiko Matamoros.

Luego nos encontramos un primer reportaje sobre «casos y cosas del Un, dos, tres», como la pareja que ganó en la subasta doce pares de guantes de bosexo, o la vez que otra pareja perdió un abrigo de piel y Kiko Ledgard dejó que la señora se lo probase, lo que le puso los dientes más largos que Pastora Soler dando el do de pecho. Y ya pasamos a otra tanda de juegos.

Al igual que en el libro rojo, nos encontramos ‘El triángulo Maldito de Don Rácano’ con idénticas reglas, y objetos y premios para hacer una subasta doméstica y una lista de preguntas para hacer a los concursantes con su tabla de puntos correspondientes. No se mataron mucho pensando nuevos jueguecitos.

Al menos las fotografías sí que eran diferentes. Entre los premios había un coche, una muñeca, la Ruperta (tres, de hecho), un viaje a Egipto o una colección de monedas antiguas. Y para enmascarar los regalos ya no había personajes famosos, sino animales y plantas. Así, tras un pensamiento podía encontrarse la famosa calabaza del programa, tras un león marino una báscula para el baño y tras una pera una cámara fotográfica. ,

Las preguntas también eran distintas, conste. Así, a los concursantes el pseudo Kiko (figura que ya se explicó en el post anterior) podía pedir insectos, provincias agrícolas de España (como por ejemplo Murcia), escritores españoles de todas las épocas u objetos redondos que nos encontramos en la vida corriente, como por ejemplo un cenicero.

Y nuevamente tenemos un jueguecito con un tablero, en esta ocasión llamado Juego de Letras Un Dos Tres. Las instrucciones son muy sencillas: caes en una letra y el dado te dice el número de nombres, comunes o propios, que debes decir por tal letra. Por ejemplo, si es la letra ese y el dado marca seis puedes decir Soraya, Suecia, Superstición, Sílaba, Santo y Satisfación. Un juego mogollón divertido. Al principio del juego se fija qué cantidad de puntos has de alcanzar, y el primero en lograrlo gana. Si en tu turno eres incapaz de decir los nombres por la letra, el rival coge el rebote. Pura locura.

¿Nos echamos una partida?