Esta semana se ha estrenado lo nuevo de ‘Twin Peaks‘. Una tercera temporada que se estrena un cuarto de siglo después de la anterior, que es un poco lo que está haciendo TVE con ‘El ministerio del tiempo‘. En redes sociales estamos viendo a las amigas enloquecidas con este retorno y hablando de teorías de todo tipo, de lo que molaba la serie, la película y que si la prensa de los noventa hizo spoiler de quién mató a Laura Palmer.
Una serie de culto que se explotó comercialmente pero bien. Por ello, en 1991, aprovechando la twinpeaksmanía, salió a la venta un juego de mesa basado en la serie, y como la gran mayoría de juegos, poco o nada tenía que ver con lo que veíamos en televisión.
Hasta donde yo sé no se vendió en España, por eso he tenido que bucear por foros de la serie. Allí los fans cuentan que este juego de mesa de ‘Twin Peaks’ es «confuso como el infierno y no muy divertido para jugar, pero a la gente le encanta de todos modos». Otros directamente dicen que es muy aburrido. Lo que se traduce en que como eres coleccionista de Laura Palmer lo debes tener, pero que jamás lo vas a sacar del altillo porque apesta.
En este caso había que encontrar a un sospechoso, y para ello había en recoger donuts y piezas para crear una trampa mortal de estrella de cinco puntas con los símbolos la Logia Negra y el caballo blanco. Que dicho así es muy etéreo, pero los fans sabrán de lo que se habla, y a los no fans les chupará un pie.
Al parecer, lo más delicioso de este juego era su libro de instrucciones porque además de las reglas hablaba del pueblecito de Twin Peaks y sus habitantes con bastante profundidad. Y había de todo: creencias de nativos, asesinatos de niños en el bosque, espíritus oscuros… El librito incluía también frases para leer en la ronda de hablar al revés, como el enano.
El juego era bastante desconcertante, porque para algunas cosas venían fotos de la serie (el cartelito de Bienvenido a Twin Peaks, la foto de anuario de Laura Palmer, Lady Leño…) pero luego había ciertas omisiones de nombres de sociedades o personajes de la serie, como si no se tuviesen todos los derechos. Y el nombre de David Lynch no aparecía por ningún lado.
El fabricante era el Falomir Juegos de Estados Unidos, porque luego el contenido tampoco estaba muy mimado, y parecían más dibujos prediseñados según se quejan los fans. Además, había elementos así chuscos como una ruleta que había que girar para recoger pistas.
En general, es un juego solo apto para coleccionistas. Y a día de hoy, adinerados, porque para ser injugable la gente suele pedir 50 dólares o más por él en las webs de subastas.