Lo que la película Elvira Reina de las Tinieblas nos enseñó sobre el acoso

Hace un par de semanas salió a la venta una edición monísima de la película ‘Elvira: reina de las tinieblas’ en Bluray, con una caja metálica muy cuca. Y esto me ha servido para verla de nuevo después de bastante tiempo, y me he dado cuenta que Elvira nos enseñó mucho sobre el acoso.

elvira reina de las tinieblas bluray
«La chica de vanguardia que tiene retaguardia»

La película de 1988, que en España distribuyó José Frade (productor de ‘La tonta del bote’ y pareja de Norma Duval entre otros hitos) cuenta cómo una presentadora de películas de terror de serie B recibe una herencia de una tía abuela que no conoció, y tiene que ir a cobrarla a un pueblecito de lo más recatado.

Elvira es una mujer sexy, que admite que con cinco años solía pelearse con las monjas porque no le dejaban maquillarse, y que le gusta ir luciendo sus turgentes pechos. Pero deja claro que las tetas son suyas, y que le guste presumir de canalillo no da derecho a nadie para cogérselas a la mínima ocasión.

Así, en la primera secuencia, Elvira conoce que la televisión en la que trabaja ha cambiado de dueño, y ahora está en manos de un viejo verde que le mete mano, pues da por sentado que si de él depende el jornal de ella tiene derecho a eso y más.

Elvira lo pone en su sitio y se defiende pegándole, hasta el punto de que lo tira a la mesa de un telediario en pleno directo; y el hombre, confundido, se justifica diciendo que le habían dicho que era ninfómana.

Elvira reina de las tinieblas
«Si no tienes pelo en el pecho tienes el escote muy grande»

Mientras Elvira viaja hasta el pueblo de Fallwell, Massachusetts, de buena fe recoge a un autoestopista, quien también intenta meterle mano, y ella no duda de nuevo en defenderse; no solo lo apea del carro, sino que le arroja el típico hacha que tiene toda mujer en el coche.

Elvira es recibida con buenas ganas en el pueblo por los jóvenes; los chicos porque la ven atractivas, y las chicas, porque ven en ella el empoderamiento, el vístete como te de la gana y haz lo que quieras y pasa de la gente que te juzgue.

No pasa lo mismo entre la gente más mayor; los ancianos la tildan literalmente de ramera y de puta barata, y las mujeres treintañeras ven en ella una competencia que hay que hundir.

En su primera noche en Fallwell, Elvira acude a una bolera a tomar una copa, pero no le dan ni gota de alcohol, pero pasa el tiempo suficiente en el local como para que dos macarras (uno de ellos Jeff Conaway, Kennickie de ‘Grease’) vuelven a acosarla, y se toman fatal un no por respuesta, y peor aún que ella le tire las cervezas en las pichas para bajarle el calentón.

Volviendo a la herencia, Elvira recibe una casa ruinosa que rehabilita gracias a los jóvenes del pueblo a cambio de limonada, y tiene como intención venderla. Y ahí es cuando aparece un agente inmobiliario que le dice que le encuentra comprador, pero a cambio de pasar por la cama, algo que enfurece a la pálida presentadora, que no está dispuesta a tolerar que los hombres quieran magrearla.

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Cocinar un monstruo es fácil si sabes cómo

Curiosamente, en el pueblo hay un hombre que a Elvira le hace tilín, un joven recatado de vestir con camiseta interior y que respeta y mucho a la muchacha; vaya, que no la toca ni con un palo, posiblemente fruto del ambiente represivo sexual que hay en el pueblo.

Y es que en todo momento queremos que Elvira se salga con la suya. Que consiga el dinero que desea para hacer un show en Las Vegas en el que mueva las tetas como nadie, que venda la casa, que enamore al hombre que desea, que se salga con la suya cada vez que necesita ayuda haciendo uso de sus artimañas femeninas.

En la película hay muchas bromas a costa de Elvira y en relación al sexo o sus tetas, pero hay dos formas de hacer chistes: los que hace ella misma nos gustan, son picantes, ella sabe quién es, cuáles son sus atributos y se ríe de ellos si quiere.

Sin embargo, si lo hacen los paletos del pueblo son chistes mezquinos, que solo tratan de degradar a nuestra heroína, y eso sí que no podemos consentirlo. Y el que no es un reprimido, es un pervertido incapaz de controlar su sexualidad.

El único problema que tiene Elvira es que es un poco boba en muchas ocasiones. De tener la cabeza mejor amueblada, sería un emblema transgresor del feminismo. Sin embargo, desde el minuto uno nos queda claro que pese a tener hermosas tetas y curvas no es un objeto sexual, ella es una mujer que se busca las castañas, que ni es sumisa ni se conforma con lo que se va encontrando, que quiere un amor de verdad, que quiere que la gente vea con buenos ojos su peculiar gusto por la estética darks y los tacones de aguja, capaces de matar a un hombre si le da en la cabeza.

Si veías esta película en Antena 3 los sábados al mediodía. Si quieres recordar cómo convierte un hermoso perro en uno mucho más macarra. Si conociste la saga de Los Tomates asesinos por Elvira. Si tú también soñabas con romper cadenas con tus tetas.

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O moverlas así.

Elvira reinta de las tinieblas

No dudes en pillarte esta joya del séptimo arte.


Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

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