‘Sálvame, soy un reportero en apuros’: las memorias profesionales de Omar Suarez

El reportero más dicharachero y longevo de ‘Sálvame’, Omar Suarez, publica sus memorias profesionales. ‘Sálvame, soy un reportero en apuros’, editado por Penguin Random House, es una pequeña guía que servirá tanto a los amantes del programa de Mediaset para conocer los entresijos del mismo como para aquellos jovenzuelos estudiantes de periodismo que crean que el trabajo de un reportero es una bicoca, para que así sepan que no, que hay que currar y mucho. Un libro del que en parte es culpable Luján Argüelles, quien fue la primera persona en animar a Omar a hacerlo.

Omar Suarez, con un tono desenfadado y con mucho chascarrillo, cuenta en ‘Sálvame, soy un reportero en apuros’ cómo es hacer la calle “pero no como La Veneno”, desde que comenzó en TVE en programas como ‘Gente’ y ‘Telediario’, hasta llegar a sus trabajos más conocidos en ‘El programa de Ana Rosa’, ‘Mamma Mia’ o propiamente ‘Sálvame’, donde lleva realizando funciones de reportero casi desde el inicio del programa, retransmitiendo lo mismo una entrevista a Tamara Falcó que contando cómo ha salido la operación estética de Kiko Matamoros.

Por un lado, Omar muestra una cara desenfadada, llena de anécdotas fresquitas y divertidas: cómo Tony Genil le enseñó el plato en el que Michael Jackson comió presuntamente macarrones, cómo tuvo que posar emulando a Ana Obregón en cierta ocasión para ‘Mamma Mia’, cómo llegó a hacer de “actor” en una “serie” protagonizada por Tamara, o cómo unas crías de león le atacaron la entrepierna en pleno directo, en plan juguetones, eso sí.  Pero hay más: una Yola Berrocal que se olvida del equipaje y parte al aeropuerto con solo un bikini encima tras un reportaje, a Malena Gracia casi estrangulada por una serpiente o cómo confundió en cierta ocasión la casa de Ortega Cano con la de Elena Tablada.

omar suarez libro

Pero también muestra el lado más duro de la profesión, y más en un espacio como ‘Sálvame’ que levanta amor y odio a partes iguales. Por ejemplo, la vez que fue convocado a la presentación de un disco de Miguel Bosé en una rueda de prensa pero se ordenó que a él no se le pasase el micro, cómo fue el famoso encuentro con el padre de María José Campanario allá por 2009, o cómo un hamaquero casi le agrede por entrevistar a la Duquesa de Alba.

O esos días en los que tienes que entrevistar a alguien que no tiene ganas de atenderte, como Marta Sánchez, a la que tuvo que grabar a la una de la mañana después de actuar en el programa ‘Popstars’, con la de ‘Soy yo’ un poco negra porque le aseguraron que su actuación iba a ser pronto y porque en directo la cortaron para dar paso a la publicidad. Por cierto, Omar se declara fan de Marta en un capítulo llamado ‘Martirizado’, y con semejante título empieza a hablar de su cantante favorita y al principio yo daba por sentado que sería Martirio, pero no, se trataba de Miss Sánchez.

Si algo destaca de Omar es su educación, y por saber camelarse al entrevistado mediante esta para hacer preguntas complicadas. En un episodio incluso llega a dar una masterclass de cómo preguntarle a Mar Flores por su entrevista más polémica, cómo desenvolverse en un funeral como el de Miguel Boyer o cómo preguntar a Antonio Banderas por el presunto alcoholismo de Melanie Griffith, para lo cual incluso reproduce los diálogos originales. Y también enseña cómo hacer preguntas más que complejas casi absurdas, como cuando a Bowie le preguntó por Pop Star Queen, aka Karmele Merchante, aunque muchos compañeros se le echasen encima.

Foto: Qué me dices / Diez Minutos

Y también deja claro a futuros reporteros que los  reportajes tú te los guisas y tú te los comes, para bien y para mal. Y si estás de viaje e internet no funciona si hace falta envías el vídeo desde un Starbucks (así de duro), y si estás acreditado pero te vetan la entrada, por ejemplo en una boda, mueve cielo y tierra hasta encontrar a alguien te eche una mano, como le sucedió en Mónaco.

A veces en algunas anécdotas cuenta el pecado y no el pecador por respeto al personaje público, como una vez que grabó un reportaje en una piscina un día en el que una legión de niños iba de visita y empezaron a insultar a su entrevistada, una moza de buen ver. O cómo le dio un pellizco en el estómago entrevistar a una actriz mayor que vivía sola rodeada de gatos, abandonada por sus amigos y compañeros de profesión, y que según mis pesquisas se trata de María Asquerino, pues como pista dice que ganó un Goya (en 1989), y recordemos que la señá Engracia de ‘La tonta del bote’ contó a ‘Sávame’ cómo su situación era más que delicada; de hecho, recordemos que cuando falleció nadie reclamó su cuerpo y se hizo cargo del mismo AISGE (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión).

La espontaneidad y la capacidad de improvisación de Omar son su gran baza profesional dentro del mundillo de los reporteros, y también reproduce muchos de esas conexiones en plató en las que Jorge Javier o Paz le piden que haga cosas como tirarse al mar sin estar previsto (y que resulte que todo es orilla), o aguantar la risa cuando Paz Padilla le da paso desde “Lo Mócano” para que cuente cómo ha sido la boda de Alberto el hermano de Estefanía y Carolina. Y es que el reportero insiste en que en ‘Sálvame’ nada está pactado, que es un programa vivo y en el que cuando se dice, por ejemplo, que los colaboradores no saben alguna información que se va a dar es porque realmente no lo saben. Bueno, menos cuando le regalaron unas uvas a Isabel Pantoja para anunciar que presentaría la Nochevieja, ese encuentro sí que estaba pactado, aunque ni siquiera ella sabía qué había dentro de la cajita que Omar le llevó a un teatro en Valencia.

Omar en momento "llama ahora"
Omar Suarez también recuerda su paso por un call tv

En todo momento Omar se muestra casi como un niño grande, mitómano a más no poder, capaz de pedir que le manden a la presentación de un nuevo Furby para que le regalen uno al irse del evento, desencantado con las bambalinas de los Óscar pero feliz de hacerse una foto en los apartamentos de Melrose Place en ese mismo viaje, admirador de Mayra y que de pequeño ganó un balón de baloncesto en ‘La Merienda’ junto a Miliki y Rita Irasema. Aunque eso ya lo sabíamos, pues él mismo nos lo contó cuando nos dio esta entrevista hace ya unos añitos.

En resumidas cuentas, un libro divertido, fácil de leer y con letra relativamente grande (para que lo puedas regalar a tu tía la que está regular de la vista), y lo mejor, que realmente parece estar escrito por el autor, con sus vivencias en primera persona. No como esos libros firmados por un famoso en el que sabes que no ha puesto más que la dedicatoria inicial y la foto de la contraportada (¡un besito, Ana Rosa!).


Redactor freelance. Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Publicidad y Márketing.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Back To Top