Si por 25 pesetas nos preguntasen cantantes y grupos que hayan protagonizado una película, y que en mitad del metraje nos metiesen sin venir a cuento diríamos Marisol, Parchís, Hombres G, Raphael y mil nombres más, pero ¿diríamos el de Leonardo Dantés?
Posiblemente no, y eso que estuvo al frente de ‘L.A.R.R.’, una obra de autor en la que él es guionista, director, actor, «diseñador de montaje», banda sonora, cámara y productor. Toda una joya del renacimiento, que cuenta en clave de falso biopic cómo Leonardo conoce a un chico del que se enamora, pero luego éste le deja por un exnovio.
Un drama cotidiano, que podría haber pasado a cualquiera, y que sirve como excusa para que aparezca cantando un puñado de canciones, y a veces entre una y otra solo pasan diez o quince segundos.
Y para ponerte la miel en los labios, hoy te queremos dar X razones para ver L.A.R.R.
1. Por los créditos
La cinta comienza con unos créditos de fantasía, con colores estridentes y estáticos en los que se indica toda la gente que ha estado involucrada en el proceso de grabación. Mi parte favorita es aquella en la que figuran «Los que aparecen sin diálogo».
Dos minutos y pico de créditos en cartelones más antiestéticos que el Teletexto, una joya.
2. Por sus cameos.
Ya en los créditos nos indican que en este largometraje -que se hace largo y mucho- del año 2002 aparecen multitud de famosos haciendo de sí mismos: desde el grupo Chalay a Dinio y Eliane, Christina Rapado, Tony Genil, La Momia, El Dioni, Loly Álvarez y Ronnie, los Barones de Transilvania… Una delicia.
De hecho, la película comienza con Dinio, quien se despide de Leonardo tras una noche de copas y ambos se ponen a bailar ‘El baile del pañuelo’.
3 Por el interesante ejercicio audiovisual
La película comienza con un flashback, para explicar por qué Leo sufre por amor, y desde entonces vemos un despliegue de recursos magníficos en el lenguaje audiovisual, como el fundido a negro y cortinillas de lo más variopintas.
Hay planos quemados, otros que casi no se oyen (fue grabada con sonido directo), los reflejos dañan la vista por doquier, y encima fue grabada en 4/3, por lo que jamás podremos disfrutarla en una tele actual a toda pastilla.
Referido a la dirección, mi momento favorito es en el que Leo tiene una cita con un pretendiente y la toma empieza como con diez segundos de los dos quietos chocando un vaso, y luego ya brindan y comienzan a hablar.
Dado que ninguno de los que aparecen en la película son actores, está claro que el nivel interpretativo era de challenge de ‘Rupaul’s Drag Race’.
4 Por los desnudos
En el largometraje encontramos canciones como ‘Tiene nombres mil el miembro viril’, ‘Futbolistas naturistas’ y otra en la que cuenta que la ropa es muy bonita para decorar pero que el nudismo mola más.
Así, Leonardo Dantés nos regala, por así decirlo, una colección de desnudos para ilustrar estas canciones: gente jugando al fútbol en pelotas en mitad del campo (entre ellos Arlequín), chicos desnudos en la playa, un plano en el que el novio del protagonista, David (Lucas Marcelo, del que no hay rastro en Internet), aparece saliendo de la ducha… Aunque nada iguala al plano de Leonardo cantando desnudo en su dormitorio, enseñando pito y culete.
Ah, por cierto: en el tema ‘Futbolistas naturistas’ nos revela que su hipotética amiga Bego, a la que no el gusta el fútbol pero sí los futbolistas, es él mismo, y que eligió el nombre de Bego porque tiene sus mismas vocales.
5 Por los diálogos
Leonardo es el guionista de la cinta, y nos deja auténticas delicias. Por ejemplo, el momento en el que David le dice que se ha masturbado pensando en él, y para ello explica que ha «practicado la egosexualidad».
Hay muchos momentos delirantes y sin explicación, en especial en los que aparece Tony Genil sin estar Leonardo cerca de él, y dentro de estos, la secuencia en la que Tony hace una tortilla de uvas y muchísima sal, que presuntamente está deliciosa.
A esto le sumamos peleas de mujeres tirándose del pelo y quitándose la ropa, visitas a videntes de ‘El castillo de las mentes prodigiosas’, y sobre todo la escena en la que dan ajo a los barones de Transilvania y salen huyendo porque son presuntos vampiros.
6 Por los chistes
Un recurso frecuente de la película es que alguien cuente a cámara un chiste sin venir a cuento; incluso vemos a una niña, hija de los barones de Transilvania, cuenta a cámara ese de «qué le dice la leche al colacao: échame un polvo que estoy caliente».
Y así nos encontramos a Loly Álvarez contando el también clásico «me han subido la falda y me han bajado las bragas», a Tony Genil contando uno de una mariquita apodada La Colorio, y así hasta el infinito. Insostenible, la verdad.
7 Por todo lo autobiográfico
La película, que se grabó en varias localizaciones como Marbella y Estepona, Madrid o San Vicente de Alcántara -pueblo natal de Dantés y de Soraya Arnelas-, tiene un trasfondo biográfico.
Leo se esfuerza en recordar cómo ha trabajado en alguno de los éxitos de Los Chunguitos, y que ha compuesto para Ana Reverte, Sara Montiel, Manolo Escobar y tantos otros, y que tiene la espinita de querer componer para Julio Iglesias y Chayanne.
Un momento delirante es cuando recorre su casa a través de las fotos que la decoran, y tiene un composite maravilloso con todas las folclóricas del país; una excusa para luego encasquetar una canción dedicada a Carmen Sevilla y otra a Sara Montiel.
También recuerda cómo se dio cuenta de que entendía cuando tenía 14 años, y de hecho, habla de su homosexualidad cada vez que puede, y explica el origen de su nombre artístico, Dantés, tomado de El Conde de Montecristo porque quería vengarse como el personaje de Dumas de todos los que le insultaban de joven.
8 Por el premio con el que se cierra la película
‘L.A.R.R.’ (llamada así porque son las verdaderas iniciales de Leonardo Antonio Ramírez Rodríguez) acaba en una entrega hipotética de un premio en un bar a Leonardo por «su brillante carrera artística y por sus canciones que han divertido a toda España», y le otorgan una copa de esas que reparten en los torneos de fútbol de los colegios.
En la gala, artistas como Chalay o Christina Rapado aprovechan para pedirle que les compongan nuevos temas, y el accede, claro.
9. Por el contenido adicional.
Por si toda esta delicia fuese poco, Leo incluyó contenido adicional, con escenas expandidas, o momentos de la grabación, en la que se oye cómo pide que la cámara suba o baje para captar bien su esencia.
Mike, te odio. Me ha picado el gusanillo y la acabo de verla en youtube. ¿qué hago yo ahora con mi vida después de ver esto?
Por cierto, Leonardo desnudo tiene su punto.
Me iba a reír de tu comentario pero al verlo me ha puesto muy perro..dios..no se puede caer más bajo..serán los años?
Me acaba de picar el gusanillo, seguiremos informando, pero tienen pinta de ser muy lo peor.