Seguro que muchas estáis ya haciendo las compras navideñas para los días de Navidad y Reyes, según en tu casa se abran regalos el día 25 de diciembre o el 6 de enero.
En 1980, el mejor regalo que se le podía hacer a un padre o esposo, según esta publicidad, era un taladro Bosch, la marca que sirvió de inspiración para el apellido artístico de la tía Alicia.
![Anuncio-Bosch-1980](https://www.sufridoresencasa.com/wp-content/uploads/2013/12/Anuncio-Bosch-1980.png)
Lo divertido el asunto es que los señores publicitarios te vendían el taladro como el «gran regalo»: «(1) Grande en eficiencia, (2) grande en seguridad, (3) grande en todo -mi favorito, porque no se puede ser más cutre anunciando-, (4) grande en tecnología y (5) grande en diseño».
El taladro en cuestión costaba «desde 5 590 pesetas», de las de entonces, pero como Bosch tiraba la casa por la ventana, te regalaban por la compra unos accesorios valorados en 1000 pesetas. Una ganga, oye. Y encima, de regalo, el ABC del Bricolaje, que tiene pinta de que era el típico libro que mandaban de regalo a la tienda y el vendedor decía siempre que se le había agotado y luego se lo regalaba a su cuñado para Navidad para quedar bien.
Pero lo más desconcertante de todo es ¿por qué escriben bricolaje con g? ¿La RAE no había admitido el término entonces y usábamos el galicismo bricolage tal como se escribe en Francia o cómo va la historia? ¿En qué año se aceptó bricolaje con jota? ¿Algún filólogo nos lo sabría decir? Muchas gracias.